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 Paraguay y su música

La música en Hispanoamérica

(comp.) Justo Fernández López

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la música del paraguay

La población indígena guaraní del Paraguay es de las más importantes de Hispanoamérica. Los guaraníes o avá, según su autodenominación étnica original (que significa ‘ser humano’), son un grupo de pueblos indígenas sudamericanos que se ubican geográficamente en Paraguay, noreste de Argentina (en ciertas zonas de provincias de la Región del Litoral), sur y suroeste de Brasil (en los estados de Río Grande del Sur, Santa Catarina, Paraná y Mato Grosso del Sur) y sureste de Bolivia (en los departamentos de Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca) y en el extremo norte de Uruguay.

El nombre “guaraní” lo escucharon los españoles que, al invadir su territorio, habrían oído, entre los gritos de guerra de este pueblo, la frase guará-ny, que significa ‘combatid-los’. Por otra parte, el nombre "dada" significa en guaraní ‘guerrero’, "ava" que significa ‘hombre’ y se pronuncia en forma grave entre los chiriguanos (ava guaraníes).

Otra versión afirma que la denominación fue tomada de la deformación de una palabra guaraní, "guariní" que significa precisamente ‘guerra’ o ‘guerrear’. Al parecer los mismos indígenas se denominaron de esa manera, indicando con ello que se consideraban guerreros.

Los guaraníes hablan el idioma guaraní y dialectos que pertenecen a la familia Tupí-guaraní. El guaraní paraguayo es junto con el idioma español la lengua oficial de la República de Paraguay, y el guaraní correntino es cooficial junto con el español en la provincia de Corrientes, en Argentina.

Los guaraníes, pueblo guerrero y bravo (sus cantos heroicos se oyen todavía hoy en su folclore musical) se mantuvieron en comunidad unidos más por su lengua que por estructuras estatales. No dejaron monumentos como las otras culturas; su tradición ha sido la palabra y la música. La lengua oficial es el español mezclado tanto de términos guaraníes que prácticamente la población paraguaya es bilingüe.

La lengua guaraní es enormemente melodiosa, llena de suavidad, poesía y sabiduría de la vida. De la cultura guaraní apenas quedan huellas (el Gobierno protege a las 500 familias de indígenas puros que quedan cerca de Asunción y en el Chaco Boreal. La única huella cultural es la lengua, que se enseña en las escuelas y que tiene una importancia enorme en el folclore musical. El 90 % de la población habla con preferencia guaraní, y las canciones están llenas de frases guaraníes entremezcladas en el texto español.

Música folclórica del Paraguay

La música paraguaya popular no es la pura indígena, que no se conservó tanto como en los Andes, donde los indígenas se retiraron a las montañas huyendo de los conquistadores españoles. Los misioneros jesuitas recibieron tras la Conquista el permiso de hacer en Paraguay un experimento religioso utópico, típico del Renacimiento: crear con los nativos la “verdadera ciudad de Dios”, un estado religioso ideal. La acción jesuítica protegió al indígena de los abusos de los conquistadores, pero también borró todas las huellas de la cultura indígena.

El papel de las comunidades religiosas fue trascendental en la conservación y evolución de elementos autóctonos que, con la Independencia del país, tomaron rasgos propios. El folclore musical está influenciado por los cantos religiosos (con cadencias propias del alma guaraní). Incluso los instrumentos nacionales, como la famosa arpa paraguaya, son adaptaciones de los instrumentos europeos llevados por los jesuitas.

Los ritmos más extendidos son la POLCA y la GUARANIA (especie de vals lento). Los cantos religiosos de los misioneros, el folclore europeo traído por los colonizadores y la sensibilidad guaraní troquelaron un folclore musical encantador, amable, lírico, dulce y lleno de suavidad y poesía.

La GUARANIA se extendió por toda Hispanoamérica como expresión del lirismo más fino. Los temas principales son amorosos o guerreros: cantan la belleza y encanto de la mujer, la mujer guaraní amada y temida (“india bella, mezcla de rosa y pantera”), así como las hazañas y gestas guerreras del pueblo guaraní en su lucha por la libertad. La música paraguaya es eminentemente romántica en el mejor sentido de esta palabra.

La música nacional tuvo, como en toda América, raíces europeas, pero en su mediterraneidad ha logrado evitar la influencia de ritmos africanos, brasileños o argentinos. Una de sus características fundamentales es la plena identificación con la lengua guaraní. Como indica el musicólogo paraguayo Juan Max Boettner: “en nuestra música no hay influencia indígena, ni en la melodía, ni en la rítmica, ni por el carácter defectivo de las escalas nativas. No hay supervivencia de ningún instrumento músico nativo, ni idiófonos ni membranófonos. Nuestros conjuntos populares no conocen el tambor, ni la percusión, ni las flautas indígenas. No cultivamos ni un solo baile nativo. Hay, sí, una evidente influencia nativa en la letra de los cantos”, la lengua guaraní. En la misma tónica continúa: “los instrumentos más utilizados en nuestra música popular son de origen español: guitarras, arpas, violines, flautas, etc. La melodía es diatónica, las armonías son de tipo universal, el ritmo proviene de España”.

Instrumentos del folclore musical paraguayo

Acordeón

 

El nombre “acordeón” proviene del alemán “Accordion” (de “Akkord”, ‘acorde’) nombre dado por su inventor en 1829, el constructor de instrumentos austriaco Cyrill Demian. El acordeón paraguayo es de origen europeo y se usa también en la provincia argentina de Corrientes para tocar el chamamé.

Arpa paraguaya

 

El arpa paraguaya es el instrumento nacional y el que popularizó los conjuntos musicales del Paraguay en todo el mundo. Es de origen europeo: En el 1572, llegó al Paraguay el conquistador Sebastián Gaboto, mandado por la Corona de Castilla y por los jesuitas que estaban erigiendo en el Paraguay el “reino de Dios comunitario”. Gaboto trajo el arpa clásica que gustó tanto a los indígenas que la adaptaron a sus cantos y a su sensibilidad, convirtiéndose en verdaderos virtuosos de este instrumento.

El arpa paraguaya tiene un sonido más melodioso y suave que las otras arpas más pequeñas de otras regiones de Hispanoamérica: el arpa venezolana de los Llanos, el arpa andina y el arpa veracruzana de México tienen un sonido más metálico. El arpa paraguaya se parece más a la clásica en su sonido. Es diatónica, es decir, tiene la escala natural sin medios tonos (semitonos), por lo que no requiere pedal. Tiene 36 cuerdas, caja de resonancia más larga que el arpa clásica europea y hacia y hacia abajo, alcanza cinco octavas y tiene una altura de 1,30 ms con un peso de 5 kg.

Entre las obras para arpa más interpretadas destacan “Cascada”, “Viejo campanario”, “Kurusu ára” (3 de mayo), “Carreta güy”, “Misiones Ñu” (Beni Loma), “Mamópa reho Josepa”, “Llegada”, “Tren lechero”, “Isla Saká”, “Melodía para tí” o “Guaraní Fútbol Club”. La popular melodía de la polca "Pájaro campana" (en guaraní "Güyrá pú" o "Güyrá Campana"), que durante años fue considerada anónima y que actualmente se atribuye al caazapeño Carlos Talavera, debe su nombre al característico canto del pájaro homónimo (Rocnias nudicollis), similar al sonido de una campana. Esta obra, junto con "Recuerdos de Ypacaraí", "India" y "Mis noches sin ti", son actualmente enseñas de la música nacional.

Guitarra

 

La guitarra paraguaya es la guitarra española de acompañamiento. Se usa para marcar el ritmo.

Ritmos del folclore musical del Paraguay

Balada o canción

 

Es una variación lenta de la polka paraguaya.

Galopa misionera o galopa

 

La galopa misionera, también denominada “galopa”, es un género musical y una danza, característica de la provincia de Misiones y su zona de influencia fronteriza, en Argentina y Paraguay. La galopa misionera es la auténtica expresión musical de la provincia de Misiones.

La galopa es una especie de polka paraguaya más rápida y ligera (al galope). Es de movimiento allegro, siendo su velocidad de ejecución, en un péndulo de metrónomo, de 120 por 60 segundos. Se escribe en un compás compuesto de 6/8, característica que comparte con las demás músicas de los guaraníes.

Los temas suelen ser festivos y alegres, cantan las labores en los ranchos y las fiestas campestres. La galopa la bailan las chicas con un cántaro en la cabeza.

Se trata de un estilo que proviene del galop, una expresión llegada desde Francia. En Paraguay también había un estilo de galopa. En Misiones, el género tuvo un toque propio de guitarreros como Lucas Braulio Areco. La movilización de la galopa misionera fue iniciada por los hermanos José Vicente y Ramón Ayala Cidade, siendo acompañada por Lucas Braulio Areco, conocido como «El Patriarca de las Galopas», ya que dio publicidad y puso en conocimiento a la población con su obra Misionerita, que es el himno oficial de la provincia. La galopa misionera Misionerita ha adquirido notable repercusión en los años 1960 y fue grabada por los más músicos más importantes.

La galopa es una música exclusivamente para banda, y necesita de instrumentos de percusión. Entre las principales galopas figuran “Puerto Sajonia” (que debe su nombre al barco en el que llegaron los liberales en el alzamiento de 1904), aunque la actual polca “Sajonia” debe su letra al poeta correntino Osvaldo Sosa Cordero, y es más conocida como “Che Paraguaî Potî” ('Mi lindo Paraguay').

Guarania

 

La guarania es uno de los ritmos más líricos y románticos de Hispanoamérica. Aunque no puede considerarse folclórica, la aceptación popular de la guarania la ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la música paraguaya.  

La guarania es un género musical popular derivado de la polka paraguaya, con composiciones generalmente en modo menor. Fue creado en Paraguay por el músico José Asunción Flores en 1925. El nombre fue propuesto por el mismo Flores luego de leer el poema Canto a la raza (1910) de Guillermo Molinas Rolón, en el cual se utiliza el nuevo término, con el que hace alusión a la región donde vivían los guaraníes (antepasados de la mayoría de los paraguayos).

Es muy popular en Paraguay desde principios del siglo XX. Se extendió hasta el sur de Brasil y norte de Argentina. Fue declarado patrimonio cultural en las provincias fronterizas y estados fronterizos.

Inspirado por el estilo de la polka paraguaya, el creador utilizó ritmos y melodías más lentos y melancólicos para las composiciones en compás de 6/8.

La primera canción interpretada como guarania fue una versión de la polka paraguaya Ma'erápa Reikuaase, que Herminio Giménez hizo tocar a un ritmo más lento. Así se convierte el Paraguay en uno de los pocos países en los cuales se conoce al creador de uno de sus principales estilos musicales.

Desde su creación, la guarania se convirtió en el fenómeno musical más importante de Paraguay del siglo XX gracias a temas como India, Mis noches sin ti, Recuerdos de Ypacaraí, Ñemity, Soy de la Chacarita, Panambi Vera, Paraguaýpe. Estas guaranias generaron inmediata aceptación por parte del público. Además, sus letras tocan temas como: el amor, la añoranza a la patria o al pueblo, el carácter heroico del pueblo paraguayo, los problemas sociales y la pobreza.

La guarania seduce más a personas de las poblaciones urbanas, que a las del interior. Esto es debido probablemente a que la gente de tierra adentro gusta preferentemente de estilos más rápidos como la polka paraguaya, en especial en su versión de “Purahéi jahe'o” (en guaraní: endecha musical, literalmente: ‘canto lamentación’).

Es una música de ritmo lento en compás de seis por ocho, con un carácter afligido, melancólico, en claro contraste con el estado de alegría y excitación de la viva y rápida polca. No se baila o no tiene una manera propia de bailarse. Mauricio Cardozo Ocampo señaló que su origen se encuentra en el purahéi asý. La composición que logró definirla como obra nacional fue “India”, compuesta por José Asunción Flores con letra de Fontao Meza.

Para tocar la guarania: Se rasguea con la mano abajo, pausa y nuevo rasgueo mano abajo. Rasgueo pulgar abajo, rasgueo mano abajo, rasgueo pulgar abajo.

Polca canción

 

También llamada purahéi ('canto') ó techaga’ù ('nostalgia', nombre propuesto por Juan Carlos Moreno), en un intento de darle nombre propio. Es de ritmo lento y acompasado, para cantar. El purahéi jahe’o ('cantar llorando') es el canto triste. Entre las principales composiciones de este género destacan "Paraguaya Linda" (de Mauricio Cardozo Ocampo y José Peirpauli), "Irene", "Mombyry Guive" y "Canto a Itacurubí".

Polka paraguaya

 

La polka paraguaya es uno de los ritmos más extendidos. Es la polca europea que en México se convierte en corrido mexicano, pero en el Paraguay es más pausada y tiene una forma más diferenciada.

El ritmo es de 2/4 y va acompañado de una melodía en 3/4, influjo de la métrica griega en el Renacimiento español. Se interpreta de manera instrumental o cantado. De tipo folclórico, su origen se dio de manera aún desconocida en el Paraguay, en el período anterior a su independencia (1811). Tuvo una gran difusión en el país principalmente desde el siglo XIX, y luego en la región del Río de la Plata.

Su nombre proviene de la polca europea nacida en Bohemia hacia 1830, cuando formaba parte de Austria. Llegó al Río de la Plata hacia 1856 y fue adoptada para definir la música popular paraguaya. Sus ritmos, melodía, armonía y contrapunto no tienen relación con la polka europea; pues la polka paraguaya combina ritmos ternarios, binarios y síncopas. En este estilo sudamericano, los instrumentos más populares son la guitarra y el arpa paraguaya.

El nombre fue tomado por los paraguayos de la polka europea, pero no guarda ninguna relación de ritmo, armonía, contrapunto ni melodía con la misma. Por lo tanto, para diferenciarla de aquella, se agrega siempre la palabra "paraguaya" al nombre.

Aunque la palabra polka se puede escribir también con c (polca), se prefiere la escritura con k, principalmente porque en guaraní sólo existe la letra k para dicho sonido. En guaraní el estilo de la polka es denominado "purahéi", término que también significa ‘canción’, ‘canto’ o ‘tema musical’.

El estilo posee similitud con la música practicada por los indígenas guaraníes en la época precolonial, pero también en las misiones jesuíticas, y con las canciones populares de la época colonial. Las primeras referencias al género datan del siglo XIX.

Se desconocen los autores de las primeras polkas paraguayas, como: Campamento Cerro León, Mamá che Mose, Alfonso Loma, London Karapé, Solito, Che lucero aguai´y, Ndarekói la culpa, Carreta guy, Guaivî pysapê.

La mayoría de las composiciones son cantadas, aunque existe un cierto número de polcas instrumentales, principalmente entre las más folclóricas y antiguas. En la tercera década del siglo XX, el joven compositor José Asunción Flores creó a partir de la polka paraguaya un nuevo estilo de música popular, muy similar, pero más lento y hasta melancólico, denominado guarania. Este se convirtió en un género practicado posteriormente por un gran número de los intérpretes de polkas y también con creadores comunes.

Cada partido político tiene su polca propia, a la que consideran uno de sus más significativos distintivos de identidad.

Vals

 

El vals paraguayo, de origen europeo, no está tan extendido como en México o como en el Perú (vals criollo).

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