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Marco histórico-literario

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura hispanoamericana

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MARCO HISTÓRICO-LITERARIO

de la literatura hispanoamericana

La historia de la literatura hispanoamericana puede definirse (hasta el siglo XX) como el proceso de conquista de un idioma y de una expresión literaria propias. Los escritores (prescindiendo de la tradición puramente indígena) repiten y adaptan a su peculiar entorno géneros, modos y estilos gestados en la Península. La independencia política a partir del 1811 no suprime la dependencia cultural, solo diversifica las fuentes. La élite criolla, que tanto contribuyó a la independencia (más que el elemento indígena), envía a sus hijos a estudiar a Inglaterra, Francia o los Estados Unidos (independientes desde 1776 y que son ahora modelo para los nuevos países americanos independientes).

Las literaturas francesa e inglesa pasan a ser guía y modelo, junto con la española. La vuelta de Esteban Echeverría a Buenos Aires en 1830, tras cinco años de estudio en la Sorbona de París, marca el comienzo del Romanticismo americano. Una de las novelas más leídas en América es María de Jorge Isaacs, que es una adaptación de Pablo y Virginia de Bernardin de Saint Pierre, además de tener influencias notables de la novela Atala (1801) de Chateaubriand.

A finales del siglo XIX, un grupo de escritores, entre los que están José Martí (Cuba) y Rubén Darío (Nicaragua), logra sobreponerse a la secular dependencia cultural y crean una nueva escritura que España importará: el Modernismo. Pero el Modernismo se hace cosmopolita con componentes parnasianos, prerrafaelistas y simbolistas, con actitudes decadentes y léxico cultista que aleja de la verdadera entraña americana. El público del Modernismo era una oligarquía que viajaba con frecuencia a Europa y se movía en París mejor que en su propio ambiente americano. No obstante, el Modernismo marca la independencia cultural de la América Hispana, el escritor americano cuenta ya con su propia tradición.

Las sucesivas encrucijadas que las letras americanas han atravesado se pueden definir en algunas oposiciones que se repiten insistentemente:

  • Dicotomía lo autóctono <> lo importado. Esta dicotomía comienza ya con los cronistas de Indias para los que lo indígena, lo autóctono, representa lo no contaminado, frente a lo europeo que es lo degradado y decadente. Siglos más tarde cambia esta valoración bajo el dilema

  • Dicotomía civilización <> barbarie del romanticismo rioplatense en el que se ataca el régimen dictatorial de Juan Manuel Rosas y con él el grupo social al que pertenece el dictador (los habitantes de las llanuras y Pampas argentinas) a ellos se contrapone el beneficioso influyo de las ideas europeas, cuyo centro es Buenos Aires. Muy relacionado con este dilema está el

  • Binomio ciudad <> selva: la inmensidad del territorio descubierto da lugar a escasos núcleos urbanos, centro cultural y administrativo de grandes extensiones de poblados sumidos en un “tempo” histórico lento. Tales diferencias entre ciudad y selva o campo dan lugar a tipos antagónicos: costeños <> serranos en los países andinos; porteño <> gaucho en Río de la Plata, que suceden a los de los tiempos coloniales españoles <> indígenas, y más tarde criollos <> indígenas, habitantes del centro y periferia de territorios conquistados.

  • La oposición cosmopolitismo <> nativismo se da tanto en la actitud mental de una serie de autores como en la temática de sus obras. Baste recordar la diferencia entre el Modernismo y la poesía gauchesca. Estos conflictos hacen de la literatura americana una literatura mestiza que no llegará a superar sus contradicciones internas hasta bien entrado el siglo XX.

Hay algunos temas que se repiten con especial asiduidad:

  • El sentimiento de la naturaleza es una constante permanente desde los cronistas. La naturaleza desbordante y trágica, que en ocasiones personifica la tragedia, se come a los personajes, se traga a los hombres. El drama de esta naturaleza lujuriosa está expresado en estilo barroco y de tono hiperbólico y es una constante de esta literatura.

  • La naturaleza provoca en el hombre el deseo de poseerla; surge así el otro tema que se repite: el viaje. En algunas ocasiones, los viajes del protagonista son el eje sobre el que gira la acción (María, Facundo), o el viaje supone una modificación interior de los personajes (Martín Fierro, El Periquillo Sarniento).

Las especiales características sociopolíticas de Hispanoamérica general algunos tipos bien conocidos:

  • El indio ante el que ha habido cuatro actitudes principales en la literatura hispanoamericana: la descriptiva de los cronistas de la Conquista, el exotismo de los románticos, el paternalismo que en la segunda mitad del siglo XIX adopta el positivismo, queriendo sacar al indio de sus errores, y la denuncia y protesta social entre los escritores del siglo XX.
  • El dictador, figura política nacida después de la independencia. Se convierte en una constante hasta la literatura hispanoamericana de finales del siglo XX (El presidente, de Miguel Ángel Asturias, El otoño del patriarca, de Gabriel García Márquez). Aparece en la literatura del Romanticismo, en las obras de Echeverría, José Mármol y Sarmiento.
  • El gringo o extranjero es la consecuencia del aluvión de inmigrantes, especialmente europeos, que a lo largo del siglo XIX desembarcaron en el Cono Sur de América en busca de mejor vida. Se les mira con antipatía por su austeridad y apego al trabajo, que determina un continuo ascenso social. La narrativa de fines del siglo XIX ofrece pruebas de esta repulsa. Ejemplo máximo es la novela de Eugenio Cambacares En la sangre (1887). En México el gringo se identifica con los Estados Unidos, cuya superioridad económica y actitudes imperialistas determina que se le mira con desconfianza.
  • Mitos como el Paraíso perdido, la Edad de Oro, el Dorado, el Buen Salvaje, la Utopía, etc. estuvieron también en la base de la literatura hispanoamericana y son fundamentales para la comprensión de la misma.

Cuatro periodos de la literatura hispanoamericana

Periodo épico-didáctico (siglos XVI y XVII) – Renacimiento y Barroco

 

La literatura trata de describir y explicar el aspecto del Nuevo Mundo, la Conquista, las verdades de la fe, etc.

Periodo lírico (finales del XVII a mitad del XIX) – Neoclasicismo y Romanticismo

 

La Independencia sirve de estímulo a los autores para buscar la identidad hispanoamericana: poemas de Bello, Olmedo o José María de Heredia.

Periodo dramático-social (segunda mitad del XIX hasta los años cuarenta del siglo XX)

 

El escritor está ya plenamente consciente de la realidad hispanoamericana, sabe de sus injusticias y desigualdades, de sus víctimas y de sus verdugos; la literatura se convierte en vehículo de denuncia y expresión de ira y de dolor.

Periodo universal

 

La literatura americana alcanza aceptación unánime en el mundo. Ocurre primero en la poesía (Rubén Darío, Vicente Huidobro, Gabriela Mistral, César Vallejo, Pablo Neruda); y más tarde en la narrativa a partir de la renovación iniciada en 1940, hasta llegar, en la década de los sesenta, al mundialmente famoso “boom” de la novela hispanoamericana que culminó con la concesión del premio Nobel a Gabriel García Márquez, premio ganado antes ya por Gabriela Mistral, Pablo Neruda y Miguel Ángel Asturias.

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