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Carpentier Alejo

(comp.) Justo Fernández López

Historia de la literatura hispanoamericana

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ALEJO CARPENTIER

SEMBLANZA

Alejo Carpentier (Cuba, 1904-1980), novelista, ensayista y musicólogo, que influyó notablemente en el desarrollo de la literatura latinoamericana, en particular a través de su estilo de escritura, que incorpora todas las dimensiones de la imaginación –sueños, mitos, magia y religión– en su idea de la realidad.

Nació en La Habana, hijo de un arquitecto francés y de una cubana de refinada educación. Se inició en los estudios musicales con su madre. A la edad de doce años se trasladó a París con su familia y asistió al liceo de Jeanson de Sailly. Permaneció once años en París, donde tomó contacto con el grupo surrealista. Este movimiento pudo haber tenido influencia en su teoría de lo “real maravilloso”. Según Carpentier, “el surrealismo me enseñó a ver aspectos de la vida americana que no había visto, envueltos como estábamos en la ola nativista e indigenista. Comprendí que detrás del nativismo había algo más, lo que yo llamo contextos: contexto telúrico y contexto épico-político; el que halle la relación entre ambos, escribirá la novela americana”.

Ya de regreso a Cuba comenzó a estudiar arquitectura, pero no acabó la carrera. Trabajó como periodista y participó en movimientos políticos izquierdistas. Fue encarcelado y a su salida se exilió en Francia. Volvió a Cuba donde trabajó en la radio y llevó a cabo importantes investigaciones sobre la música popular cubana.

Viajó por México y Haití donde se interesó por las revueltas de los esclavos del siglo XVIII. Marchó a vivir a Caracas en 1945 y no volvió a Cuba hasta 1958, año en el que se produjo el triunfo de la Revolución castrista. Se incorporó a la revolución de Fidel Castro en Cuba y ocupó importantes cargos culturales y diplomáticos para el gobierno revolucionario. Murió en París en 1980, donde desempeñaba el cargo de embajador de Cuba.

Características de su Obra

Carpentier recibió la influencia directa del surrealismo. Sin embargo, mantuvo una posición crítica respecto a la poco reflexiva aplicación de las teorías del surrealismo e intentó incorporar a toda su obra la maravilla, una forma de ver la realidad que, según él, era propia y exclusiva de América.

Carpentier desprecia el documento costumbrista y psicológico, quiere dar un documento épico, la realidad en toda su hondura y contexto: naturaleza, magia, mito, animismo. Busca el contexto real: racial (convivencia de distintas razas y naciones), económico, ctónico (supervivencia del animismo y otras tradiciones culturales no europeas), político (desajuste ideológico y cronológico). Supera el realismo tradicional mediante su teoría de lo “real maravilloso”: la presencia y vigencia de lo real maravilloso, de cosmogonías ancestrales, es típico de América.

«Por la virginidad del paisaje, por la formación, por la ontología, por la presencia fáustica del indio y del negro, por los profundos y fecundos mestizajes, América está hoy lejos de haber agotado su caudal de mitologías. Pero ¿qué es la historia de América sino una crónica de lo real maravilloso?».

Para Carpentier es el barroco el arte peculiar de América: “Nuestro arte siempre fue barroco; desde la espléndida cultura precolombina y el de los códices, hasta la mejor novelística actual de América, pasando por los monasterios y catedrales de nuestro continente”. Al fondo de este barroquismo existe el regodeo sensual del escritor, un mundo de los sentidos de gran intensidad.

La potencia verbal de Carpentier es fenomenal. Se complace en frases barrocas y sensuales: enumeración sensual de la naturaleza tropical con sus frutas, peces, conchas, etc. La obra de Carpentier es una mezcla fascinante de la ideología con el sensualismo y vitalismo sensual: negros desnudos se abanican con números de revistas filosóficas.

Alejo Carpentier fue el primero en acuñar la expresión «lo real maravilloso» para referirse a la novela hispanoamericana, lo que halló peculiares derivaciones en la narrativa hispanoparlante. A pesar de su corta producción narrativa, Carpentier está considerado como uno de los grandes escritores del siglo XX. Él fue el primer escritor latinoamericano que afirmó que Hispanoamérica era el barroco americano abriendo una vía literaria imaginativa y fantástica pero basado en la realidad americana, su historia y mitos.

Su lenguaje rico, colorista y majestuoso está influido por los escritores españoles del Siglo de Oro y crea unos ambientes universales donde no le interesan los personajes concretos, ni profundizar en la psicología individual de sus personajes, sino que crea arquetipos (el villano, la víctima, el liberador) de una época.

Novelas

Ecue-yamba-o (1933) se sumerge en el clima mágico del negro cubano en busca de las raíces espirituales de la isla, al tiempo que formula una dura acusación contra la situación del país, explotado por el capital extranjero. Trata el folclore y la mitología de la población afro-cubana, pero Carpentier vio que no había logrado pasar de la descripción realista a lo “real maravilloso” de América, lo maravilloso en lo real. Este “real maravilloso” será el lema bajo el que Carpentier escribe su novela:

El reino de este mundo (1949), novela escrita tras un viaje a Haití, centrada en la revolución haitiana y el tirano del siglo XIX Henri Christophe, que imitando a los déspotas franceses se convierte en el más feroz de los colonos. Figura principal es el negro Ti Noel, que representa el pueblo que va cambiando de dueños y pasando de mano en mano. Los sufrimientos de su raza representan la absurdidez de las luchas y las esperanzas humanas. Contraste entre fuerzas profunda del mundo primitivo y decadencia de la civilización:

«En África, el rey era guerrero, cazador, juez, sacerdote y su estirpe da héroes. En Francia y España, en cambio, el rey enviaba sus generales a combatir y era incompetente.»

La novela plantea el tema de inutilidad de la rebeldía, Dificultades de una revolución que traiga la libertad, pero estas dificultades nada disminuyen el esfuerzo del hombre por buscarla. «Lleno de penas, el hombre solo puede hallar su grandeza en el reino de este mundo.» La novela tiene una base folclórica que cada vez va adquiriendo resonancias más amplias.

El tema principal es «lo real maravilloso», se enmarca en la revolución haitiana. A la fascinación por el Barroco y el contacto con el Surrealismo durante su estancia en Europa, se suman las experiencias vividas por Carpentier a su regreso a Cuba. En una ocasión asistió a una ceremonia vudú, lo que despertó su interés por el Afro-cubanismo. En 1943 hizo un viaje a Haití. 

En el prólogo Carpentier describió su visión de «lo real maravilloso» o lo maravilloso real, que algunos críticos interpretan como sinónimo de realismo mágico, aunque esto no es correcto. El concepto de lo maravilloso implica un sentido de sorpresa frente a lo inusual e inesperado, o un fenómeno improbable. Este puede ocurrir en varias maneras: naturalmente, como resultado deliberado de la manipulación de la realidad o por la percepción del artista, y finalmente por intenciones sobrenaturales. Por otra parte, estos provocan la presencia de algo diferente de lo normal. Carpentier, ya muy alejado de los surrealistas, concluye que «lo real maravilloso» es patrimonio y natural de Latinoamérica. Es por esto que algunos de los personajes de la novela están tomados de la realidad. La influencia de esta obra y de esta teoría fue enorme en los posteriores escritores latinoamericanos. En el escenario de Haití Carpentier había entrado en contacto cotidiano con «lo real maravilloso».

«Con el telón de fondo de una época histórica que va desde el comienzo de la presencia colonial francesa en el siglo XIX hasta la llegada de Paulina Bonaparte con todo el halo erótico que implica su presencia, el advenimiento y caída de Henri Christophe, primer rey negro del continente americano, el sucesivo dominio de los mulatos conquistadores, toma fuerza la dimensión mágica de la tierra haitiana, su alma mítica, en estrecho contacto con la naturaleza y los hombres. Personajes legendarios consiguen perdurar en la fantasía popular que los vincula directamente con las divinidades y las presencias religiosas de origen africano. Las cosas están vistas a través de notas surreales y de alucinaciones colectivas.

Pero la novela, por encima del fracaso de las esperanzas de libertad, confirma el valor liberador de las obras: ante la perpetuación de la dictadura, el viejo Ti-Noel comprende que el hombre «sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo». La historia es un pretexto que entusiasma a Carpentier, que actúa con toda libertad sobre ella dándole dimensiones inéditas, convencido de que todo es producto y fuente de lo maravilloso.» [Giuseppe Bellini]

Los pasos perdidos (1953) se considera la obra maestra de Carpentier, un intento de llevar a cabo su idea de construir una novela que llegue más allá de la narración, que no sólo exprese su época, sino que la interprete. Es el diario ficticio de un músico cubano, que, hastiado de la vida en la ciudad, emprende un viaje al pasado hasta llegar a una población en la selva virgen del Amazonas. Allí encuentra la vida en sus más puros orígenes, representada en la vital Rosario, principio de la virginidad y de la feminidad. Se enamora de Rosario, pero sigue preso de la civilización. Vuelve a la ciudad a resolver problemas que ya no tenían que tener importancia para él y cuando vuelve ya no encuentra ni a Rosario ni al pueblo en la selva, la nueva conciencia le impide ver y encontrar el estado de vida fuera del tiempo que él una vez había encontrado guiado por su instinto. 

Esta novela trata de definir la relación real entre España y América siguiendo la conquista española. Es su novela más personal que se inscribe perfectamente en el mundo de lo real maravilloso, algo que Carpentier describiera como patrimonio y natural de Latinoamérica.  Cuenta el viaje a la selva de un apasionado de música que busca el origen de la música a través de los viejos instrumentos. Emprende el viaje con su amante Mouche. Durante el viaje, a medida que se interesa por la vida en la selva se desprende de su amante, y conoce a una joven, Rosario, de la que se enamora. Rompe con su amante y se instala a vivir con Rosario en la selva. Conoce también a un buscador de oro que ha creado una ciudad en la selva. Tiene que regresar a la ciudad porque su mujer lo busca. Logra divorciarse y acude otra vez a la selva para reunirse con Rosario, pero se entera de que se ha casado: nunca pensó que iba a regresar a instalarse de verdad con ella. Por lo tanto, regresa a la selva porque es allí donde se siente más conectado consigo mismo.

En esta obra confluyen los resultados de la tendencia «artística», de origen modernista, y del realismo mágico. La decadencia del mundo contemporáneo actúa sobre el protagonista de modo depresivo; sin embargo, en el momento de su definitivo fracaso recobra la conciencia de su propio significado, en contacto con la espiritualidad de la naturaleza, el Orinoco, meta de su viaje a los orígenes.

«El lirismo con que Carpentier describe la selva en la que se adentra el personaje tiene un vago parentesco con La Vorágine de Rivera y con Canaima de Gallegos; tal vez esté más próximo, sin embargo, al Viaje al alto Orinoco de Rufino Blanco Fombona.» [G. Bellini]

El acoso (1958) vuelve el tema del tiempo, midiendo las horas acongojadas de un perseguido por la dictadura de Machado en Cuba. Todo se desarrolla en la línea musical de la Heroica de Beethoven. La novela se desmenuza en un mosaico que se reconstruye después lentamente, para dar las dimensiones de la desesperación.

El siglo de las luces (1962) vuelve a la técnica del «tiempo recurrente». Enfoca la época de la Ilustración tomando como punto de partida la Revolución francesa a través de sus reflejos sobre el mundo antillano, en una serie de cuadros que ofrecen momentos sangrientos de la historia, una multiplicidad de acontecimientos y de personajes que convergen en una acusación contra la sociedad occidental a la que se considera exhausta.

Narra la vida de tres personajes arrastrados por el vendaval de la Revolución Francesa. Es la historia de un personaje real que intenta implantar en la isla de Guadalupe las ideas revolucionarias de la Revolución Francesa, pero se vuelve al final un tirano, sucumbiendo su idealismo primero al hambre de poder.

Otra vez el tema es la advertencia de cómo las ilusiones y euforias de la revolución pueden terminar en tiranía, resignación y derrota: «No hay más tierra prometida que la que el hombre puede encontrar en sí mismo. Hacer algo, hacer algo como si el hombre pudiera hacer algo más de lo que puede hacer.» Pero de la decepción surge una voluntad de sacrificio personal que no se sabe a quién puede servirle, pero sin interesarse demasiado de a quién va a favorecer.

Más que una novela histórica, o una novela de ideas es, en la interpretación de algunos críticos, una cabal novela filosófica. Es una obra ambientada en la época de la Revolución Francesa pero desarrollada principalmente en la región del Caribe. Tiene como figura principal al personaje de Víctor Hughes y se desenvuelve a través de las vivencias experimentadas por tres jóvenes, una pareja de hermanos y su primo, quienes son los verdaderos protagonistas de la novela. Según el autor, Víctor Hughes fue un personaje real que fue enviado al Caribe a expandir los límites de la revolución, y terminó transformándose en un déspota que logró cierta autonomía política respecto de Francia.

Concierto barroco (1974) es una novela en la que expone sus visiones acerca de la mezcla de culturas en Hispanoamérica. Es una extraordinaria evocación lírico-musical de la Venecia de Vivaldi, La consagración de la Primavera (1978), que debía ser el primer volumen de una trilogía dedicada a la revolución cubana, y que arranca con la Guerra Civil española para llegar hasta la primera victoria sobre los «yankis» en Playa Girón, y El arpa y la sombra (1979), desacralización de la figura mítica de Colón y nuevo proceso a la conquista.

El recurso del método (1974) es una novela que se adscribe al subgénero de la literatura hispanoamericana conocido como novela del dictador, junto con Yo el Supremo de Augusto Roa Bastos, publicada ese mismo año, y El otoño del patriarca de Gabriel García Márquez, publicada en 1975. Suele “considerarse como la historia de la destrucción de un mundo”, la caída del mito del hombre de orden.

En el protagonista confluyen numerosas figuras de la dictadura contemporánea, pero sobre todo la experiencia directa del escritor en la época del dictador Machado en Cuba. No se trata, de ningún modo, de una imitación de El Señor Presidente, pero existen entre ambas obras numerosos puntos de coincidencia aunque la estructura sea original. El dictador cobra una cierta humanidad cuando, en el exilio parisino, apartado ya definitivamente del poder, empieza a ser devorado por la nostalgia del mágico mundo que ha debido abandonar a la fuerza; humanidad que se vuelve patetismo en el abandono de su vejez y en el momento de su muerte, cuando no es ni siquiera capaz de pronunciar una frase que quede para la posteridad como signo de su grandeza.

La consagración de la primavera (1978) representa la larga crónica del triunfo en Cuba de un nuevo mito, que Carpentier trata de explicar desde su imposible papel de espectador: el autor trata de explicar el inconciliable desajuste entre el tiempo del hombre y el tiempo de la historia.

El arpa y la sombra (1979) es una corta pero muy interesante novela sobre Colón y la repercusión que su "descubrimiento" de América tuvo en general para el mundo, y en particular para la iglesia católica, desde un punto de vista ilustrado, de uno de los más importantes autores latinoamericanos del Siglo XX. Es una novela histórica dividida en tres partes: El arpa, la mano y la sombra. La primera parte tiene como protagonista al Papa Pío IX, quien, ya anciano, recapitula sus viajes a América y la razón que lo conmovió a firmar la petición de beatificación de Cristóbal Colón por la Sacra Congregación de Ritos. En la segunda, el moribundo Cristóbal Colón reflexiona sobre su vida y todo lo que le tendrá que confesar al franciscano que vendrá a darle la extremaunción. Y en la sombra un seminarista y un conservador de reliquias del Vaticano discuten sobre la propuesta del Papa León XIII acerca de la beatificación de Colón que sería la mano. Luego "El Invisible", que vendría a ser el alma de Colón, asiste a una asamblea que es formada por espíritus de personajes, sobre todo autores, importantes cuando estos deciden que Colón no será canonizado.

Cuentos

Guerra del tiempo (1956). En estos tres relatos Carpentier vuelve obsesivamente al problema de la superación de los límites entre presente, pasado y futuro. El intenso juego de la fantasía logra desorientar eficazmente al lector, le introduce en un mundo complejo cuyos límites reales son inalcanzables.

El tema se centra en la violencia y en la naturaleza represiva del gobierno cubano durante la década de 1950. En 1944 un largo relato, Viaje a la semilla, incluido más tarde en Guerra del tiempo, es un ejemplo de novedad técnica, la del «tiempo recurrente», en un viaje hacia atrás, de la muerte al semen, en un clima irreal y mágico introducido por la presencia de la muerte.

El derecho de asilo (1962) es una novela breve, especie de preludio de una obra de más aliento, que, con el título de El recurso del método, dedica en 1974 a la dictadura. La novela aparece en un momento en que, curiosamente, vuelven sobre el tema diversos escritores consagrados, entre ellos el propio García Márquez. La situación política hispanoamericana de la década de 1970 justifica la insistencia sobre el argumento.

Otros relatos en Obras completas, tomo 3 (1984): Oficio de tinieblas, Los fugitivos, Los advertidos, Derecho de asilo.

Ensayos

Carpentier fue también finísimo musicólogo: La música en Cuba (1956) sigue siendo todavía un texto fundamental. A la narrativa ha dedicado ensayos de notable interés como Tientos y diferencias (1964); no menos interesantes son los textos reunidos en Literatura y conciencia política en América Latina (1969) y Razón de ser (1976). La ciudad y las columnas (1970) es una valiosa evocación de La Habana.

La música en Cuba (1946). Este libro supone un viaje desde las primeras manifestaciones musicales en Cuba hasta el siglo XX. Influencias, tendencias, obras y compositores emergen en esta visión panorámica, que se ha convertido en texto imprescindible, y ha devenido clásico de la literatura musicológica en Cuba y Latinoamérica. Carpentier integra la música culta y la popular, insertadas en sus contextos históricos.

Tristán e Isolda en tierra firme (1949). En 1948 se estrenó en Caracas la ópera Tristán e Isolda del compositor alemán Richard Wagner. El acontecimiento dio pie a Alejo Carpentier para demostrar que la pieza era la síntesis de una cultura y aquellos que la aplaudieron en nuestra Tierra Firme también podrían encontrar en el ámbito americano motivos para hacer una obra trascendente, legítima y universal. "Basta con volver los ojos al continente y exaltar los valores no descritos aún. América tiene mucho que revelar a quien esté dispuesto a creer en ella, a definir su paisaje, sus mitos no inscritos en el arte universal", afirma Carpentier. Este texto revela algunas ideas que se encontrarán después en sus novelas, ensayos y artículos.

Tientos y diferencias (1964) reúne una inapreciable selección de ensayos, artículos, conferencias y otros trabajos de Alejo Carpentier. El conjunto está articulado con gran coherencia temática, logrando una gran unidad estética e ideológica a pesar de abarcar medio siglo de actividad intelectual. A través de estas páginas, Carpentier pasa revista a toda una época cultural y política. Hombre profundamente cosmopolita, muestra una sensibilidad e inquietud por toda clase de aspectos y personalidades de ámbito internacional. De este modo, tenemos aquí semblanzas de nombres tan relevantes como Jean Cocteau, Picasso, Debussy, Stravinski, Manuel de Falla, Chirico, Le Corbustier, entre otros. 

Literatura y conciencia política en América Latina (1969).

La ciudad de las columnas (1970)

América Latina en su música (1975)

Letra y solfa (1975)

Razón de ser (1976)

Afirmación literaria americanista (1979)

Bajo el signo de Cibeles. Crónicas sobre España y los españoles (1979)

El adjetivo y sus arrugas (1980)

El músico que llevo dentro (1980)

La novela latinoamericana en vísperas de un nuevo siglo y otros ensayos (1981)

Conferencias (1987)

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