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SYNAPSIE Sinapsia

(comp.) Justo Fernández López

Diccionario de lingüística español y alemán

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Vgl.:

Wortbildung / Komposition

 

«Synapsie [griech. sýnapsis ‘Verbindung’]

In der Terminologie von E. BENVENISTE Bedeutungseinheit im Frz., die aus mehreren syntaktisch aufeinander bezogenen Lexemen besteht, wobei das determinierte Element dem determinierenden vorausgeht und jedes Lexem seine ursprüngliche Einzelbedeutung beibehält: machine à coudre (‘Nähmaschine’), arc-en-ciel (‘Regenbogen’).»

[Bußmann, Hadumod: Lexikon der Sprachwissenschaft. Stuttgart: Corner, 1990, S. 760]

«Sinapsia

La sinapsia da origen a algunas de las unidades que Bernard Pottier llama lexías complejas. En la composición en general, y en la sinapsia en particular, intervienen al menos dos unidades léxicas, como se ve en algunos de los ejemplos:

betún de Judea

conejillo de Indias

estrella de mar

letra de cambio

traje de luces

Para Émile Benveniste la sinapsia no es composición, sino un tipo de grandes unidades, cuya extensión es considerable y puede ser de una productividad indefinida, especialmente en la terminología científica y técnica; para comprobarlo baste con la consulta de cualquier diccionario especializado. Es el único tipo de composición que permite la especificación detallada del significado, y la clasificación en series gracias a su rasgo distintivo.

La unión de los miembros en la sinapsia es de naturaleza sintáctica, no morfológica como en los derivados y en otros compuestos, por lo que es difícil determinar si se ha producido la lexicalización o no. La relación sintáctica entre las dos partes del compuesto se realiza en español habitualmente con de:

azul de metileno

conferencia de prensa

goma de mascar

martillo de agua

silla de ruedas

todo de lidia

Ese de puede introducir un todo virtual (pan de Calatrava), del cual el determinado es una de las partes, pero también puede indicar una circunstancia para la cual es apropiado el objeto (por ejemplo, pañuelo de bolsillo), su destino o finalidad (casa de huéspedes), o la clase de elementos en los que el determinado es atributo (betún de Judea).

La relación sintáctica entre los elementos se efectúa frecuentemente con a, posiblemente por influencia extranjerizante: avión a reacción, olla a presión, juguete a pilas. En general, la a introduce una característica distintiva. Si el determinado designa a un artefacto, el determinante indica el agente motor, de ahí su enorme productividad.

La presencia de otras preposiciones para expresar la relación entre las unidades que intervienen en la sinapsia es más rara: tres en raya (juego), o manto en carga (‘capa acuífera entre dos capas permeables’).

El orden de los elementos que participan en la sinapsia es siempre el mismo: DETERMINADO + DETERMINANTE. Ambos elementos conservan su forma léxica plena, diferenciándose así de los derivados, en los que puede perderse parte de la materia fónica para incorporar el afijo, si no, compárese:

casa de huéspedes / caserón

letra de cambio / letrero

olla a presión / ollería

El resultado de la sinapsia siempre es un adjetivo o un substantivo, pues la presencia de un verbo en la primera parte daría origen a una perífrasis verbal, o a cualquier otro tipo de expresión pluriverbal no lexicalizada (por ejemplo, andar a gatas, andar de cabeza), no así cuando el verbo va en la posición del determinante, cuya función es otra (véase como muestra vino de consagrar).

En los compuestos por sinapsia, la segunda parte, el elemento determinante, carece de artículo, pues de lo contrario rompería la unidad del conjunto, como puede verse si en cualquiera de esas formaciones introducimos el artículo:

traje de luces / traje de las luces

olla a presión / olla a la presión

la casa de huéspedes / la casa de los huéspedes

golpe de estado / golpe del estado

mando a distancia / mando a la distancia

Los dos elementos de estas formaciones tienen la posibilidad de expandirse:

silla de ruedas

una gran silla de ruedas

silla de ruedas giratorias

juguete a pilas

juguete japonés a pilas

De todas maneras, son elementos lexicalizados, pese a esas posibilidades de expansión, pues su significado es único y constante. La voz letra es polisémica, pero letra de cambio no. Puede incluso ocurrir que desaparezca el nexo que hay entre las dos partes y se llegue a la unión gráfica de los dos elementos, con lo que la lexicalización parece irrefutable:

estrella de mar / estrellamar

hoja de lata / hojalata

Las consideraciones expuestas aquí son las que permiten incluir a las formaciones sinápticas entre los compuestos, esto es, como elementos lexicalizados, y, por tanto, susceptibles de tratamiento lexicográfico, por más que los diccionarios no siempre den cuenta de ellos, o sólo lo hagan de un número muy reducido. El problema radica en saber cuál es la frontera entre la unidad fija y el enunciado libre, pues existe una zona de paso entre lo que es libre en la lengua y lo que ha sido fijado, donde las combinaciones de elementos que sólo son frecuentes en el discurso –pero nada más–, donde las colocaciones, donde la fraseología (bajo el nombre de construcción, giro, modismo, frase hecha, idiotismo, etc.), son muestras de que el paso de lo libre a lo fijado no es discreto, sino continuo. Es en esta zona donde podemos encontrar enunciados como una apretada agenda de trabajo o un problema en vías de solución, frecuentes en el discurso, y cuyo significado no siempre coincide con el parcial de cada uno de sus elementos. Podremos considerar una construcción como sinapsia cuando su significado sea siempre el mismo, así como sus elementos y orden, además, por supuesto, de estar aceptada por los hablantes y ser de uso frecuente.

La sinapsia es un procedimiento de formación de palabras propio de los lenguajes científicos y técnicos, y poco frecuente en la lengua usual y en la literatura, donde no es fácil encontrar elementos de ese tipo.»

[Alvar Ezquerra, M.: La formación de palabras en español. Madrid: Arco/Libros, 1995, p. 22-24]

«Un sustantivo sin artículo introducido por la preposición de no ocupa la posición de argumento con respecto a determinados núcleos, sino que incorpora su significación a la del núcleo como un rasgo subclasificador o tipificador. Esta propiedad se extiende a las abundantes construcciones de forma <sustantivo + de + sustantivo> que constituyen denominaciones complejas y que algunos autores tratan como compuestos sintagmáticos: casa de campo, libro de bolsillo, traje de calle, zapatos de niño, etc. Trátese o no de composición, lo cierto que s que segundo sustantivo no admite ningún tipo de modificación. Dado que el sustantivo introducido por de aparece apenas como un rasgo subclasificador o tipificador, es comprensible que predomine el singular en estos casos. Sin embargo, cuando la noción de multiplicidad es evidente, se prefiere el uso del plural, como en cárcel de mujeres, hogar de ancianos, coche de caballos, silla de ruedas. Esto muestra que la neutralización de número en tales denominaciones complejas es sólo aparente. [...]

La posibilidad de modificación del sustantivo sin artículo en posición de argumento de oro sustantivo obedece a restricciones similares a las constatadas para los argumentos del verbo: es tanto más aceptable cuanto menos “individualizadora” sea la modificación. Así la vente de coches {usados/robados} no produce ninguna dificultad, pero es muy difícil imaginar un contexto en el que pueda hablarse de la ven de coches espléndidos. Los complementos ‘subclasificadores’ o ‘tipificadores’ pueden recibir modificaciones, siempre y cuando estas contribuyan también a la tipificación: su sensibilidad de artista {en ciernes/pobre/desgraciado} sugiere que los artistas en ciernes, pobres o desgraciados tienen un tipo de sensibilidad particular.

No aparece el artículo en algunas construcciones apositivas, en las que puede demostrarse con criterios semánticos y sintácticos que el núcleo de la construcción es el sustantivo sin artículo introducido por de: un asco de sopa (= una sopa asquerosa, una sopa que es un asco), un desastre de secretaria (= una secretaria desastrosa, una secretaria que es un desastre). Generalmente faltan también el artículo en construcciones apositivas en las que hay una relación de hiponimia entre el primer y el segundo sustantivo, como en una sensación de tristeza, el estado de ebriedad, su condición de testigo, el grado de comandante, el título de médico o el delito de robo a mano armada. Sin embargo, se prefiere la forma con artículo en el vicio de la bebida, el pecado de la gula, el sentido de la vista y otros.»

[Laca, Brenda: “Presencia y ausencia de determinante”. En Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 13.4.6]

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