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Diferencias regionales en Hispanoamérica

© Justo Fernández López

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LAS DIFERENCIAS GEOGRÁFICAS REGIONALES EN

Las tierras húmedas del litoral, las tierras altas andinas, las tierras orientales del interior, la cuenca del Río de la Plata y Paraná, y la Pagatonia.

Las tierras húmedas del litoral

Hasta mediados del siglo XIX y principios del XX, las tierras húmedas del litoral atlántico y pacífico habían servido de lugares de tráfico hacia las tierras altas de los Andes. A primeros del siglo XX, se inició una nueva revalorización con la explotación de los hidrocarburos y la introducción de una nueva ganadería mejorada con el cebú.

El delta del Orinoco

La mayoría del territorio está comprende las cenagosas tierras que configuran el gran delta del Orinoco en su desembocadura en el Atlántico. La mayoría es estas llanuras del delta sufren inundaciones por las crecientes del Orinoco. Las mareas del Atlántico, que penetran 100 km hasta el interior, someten a las bajas tierras a fluctuaciones continuas de inundaciones. La fertilidad de los suelos es alta, debida a la abundancia de materia orgánica. El drenaje del suelo es cosa delicada, porque hay que impedir que se produzcan suelos ácidos por la oxidación de las arcillas ricas en piritas.

En esta región domina el clima tropical con temperaturas medias anuales de 27° (a veces hasta 37°). La media anual de humedad es de casi el 90%. Existen muchos mosquitos, pero se ha erradicado el paludismo. El territorio está cubierto por una densa vegetación selvática.

La región está habitada tradicionalmente por los indios guaraúnos. Sus ranchos o “janokos” son verdaderos palafitos, su modo de vida se basa en la pesca. Por la forma de vida en palafitos, en viviendas construidas en un lago sobre estacas, los españoles dieron al país el nombre de Venezuela, ‘pequeña Venecia’. Salvo algunas expediciones, el delta del Orinoco permaneció casi virgen.

El Zulia

La región del Zulia es uno de los 23 estados de Venezuela. Comprende la depresión estructural de la cuenca del Lago de Maracaibo. Este lago es la masa de agua más extensa de Hispanoamérica y su cuenca alberga una de las más grandes reservas de petróleo y gas de América.

La región se extiende por las tierras bajas comprendidas entre la Cordillera de Mérida y la Serranía de Perijá. Su área total, incluyendo los 12.780 km2 de Maracaibo, es de 63.100 km2, aunque se extiende a tierras de las regiones de los Andes venezolanos. La altitud de este sistema de tierras bajas es de 60 m. Las temperaturas son elevadas, con una media de 29° en la mayor parte de la región.

Los ríos más caudalosos son el Zulia, el Tarra y el Catatumbo, que son navegables. Esta región ha tenido tradicionalmente fuerte vinculación económica y demográfica a las tierras andinas próximas, tanto venezolanas como colombianas. La situación cambió cuando el auge del petróleo desencadenó un vacío demográfico en las comarcas agropecuarias, que fue llenado por braceros colombianos. Los campos de petróleo fueron foco de migraciones internas del territorio venezolano. La desinversión petrolera y el agotamiento de algunos yacimientos llevó al abandono de algunos campos petroleros.

Maracaibo es el centro regional urbano y segundo polo de desarrollo nacional venezolano. Situada sobre el canal que une el lago de Maracaibo con el mar Caribe, tiene funciones portuarias importantes. Desde los primeros tiempos coloniales, esta cuenca de Maracaibo fue una activa región agropecuaria.

El Caribe colombiano

Comprende las tierras aledañas al Caribe en 112 km2 entre las serranías de Darién y Perijá, que penetran hacia el interior por el Valle del Magdalena. Son tierras bajas influenciadas por el Frente Intertropical con temperaturas medias de 28°. Hay que excluir de esta región la península de la Guajira. En esta Caribe colombiano se pueden distinguir los sectores del delta del Magdalena, depresión Momposina, valles de los ríos Sinú y Atrato, Sierra Nevada de Santa Marta y el archipiélago de San Andrés y Providencia.

El delta del Magdalena ha estructurado esta región geohistóricamente. Dos ciudades se han disputado el papel de la metrópoli: Cartagena y Barranquilla.

Cartagena, fundada en 1533, fue punto de concentración del comercio con España. Sus imponentes murallas son joyas del barroco español-colonial y testimonian su pasada grandeza estratégica. Después de la independencia de América, esta ciudad perdió su situación privilegiada de “Llave de las Indias”. El Canal del Dique, antigua construcción española, une a Cartagena con el río Magdalena.

Barranquilla, a los bordes del Magdalena, fue fundada en 1629. Tuvo un lento desarrollo en el siglo XVIII, pero en el siglo XIX tomó importancia como exportadora de cacao, azúcar y café colombiano.

La depresión Momposina está formada por los cursos inferiores de los ríos San Jorge, Cauca y Magdalena. Su poca altitud da lugar a grandes inundaciones que dejan grandes aluviones. Existen grandes cultivos de arroz y extensiones ganaderas.

El ancho y rico valle del Sinú está en la parte occidental de la región del Caribe. En el alto valle se explotan los recursos forestales. Del Sinú al San Jorge inferior se suceden las grandes haciendas de ganado bovino en la raza local “romosinuano”. El centro de esta sector regional es el puerto fluvial de Montería, unido por la carretera central de Occidente a Medellín. La región termina en las tierras del río Atrato inferior y golfo de Urubá, sector de gran pluviosidad.

El extremo oriental de la región está dividido por la abrupta Sierra Nevada de Santa Marta, con el centro urbano de Santa Marta, fundada en 1525 y vinculado al resto de Colombia por el ferrocarril del Atlántico. Desde Ciénaga hasta Fundación tenemos una gran zona bananera.

El Pacífico colombiano

Esta región está formada por el departamento del Chocó y por la sección occidental de los departamentos del  Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Tiene una extensión de 73.000 km2, va desde la frontera con Panamá a la frontera con Ecuador, desde el litoral hasta las estribaciones de la Serranía de Baudó y los Andes Occidentales. Es una región selvática de clima húmedo extremo. La intensidad de las lluvias se acentúa porque las corrientes de aire marino húmedo se descargan sobre el lado andino. Abundan las comunicaciones fluviales.

Al norte del río San Juan se extiende Alto Chocó. Aquí la Cordillera Occidental de los Andes se separa del mar por la cadena costera de la Serranía de Baudó, angosta y no elevada. Los valles del Baudó y San Juan y el sistema de alto y medio Atrato son las áreas más pobladas en el Alto Chocó.

El Bajo Chocó, situado al sur del río San Juan, está integrado por bajas llanuras, con selvas que llegan hasta las faldas de la Cordillera Occidental. Dos rutas le unen con el interior andino y dan auge a las ciudades de Tumaco y Buenaventura. Tumaco es el segundo puerto colombiano del Pacífico. Es terminal del oleoducto trasandino y moviliza importantes exportaciones de madera fina. Buenaventura es el principal puerto colombiano del Pacifico con excelentes comunicaciones ferroviarias con Cali.

La costa ecuatoriana

Está compuesta por una franja de 73.300 km2, entre el Pacífico y las estribaciones de la Cordillera Occidental de los Andes. Es un sistema de llanuras, descendiendo gradualmente desde el piedemonte de los Andes hacia el Pacífico. El clima es típico tropical. En esta región se extinguieron muy pronto, con la dominación española, los indígenas. No quedan más que dos pequeños grupos relativamente puros: los cayapas y los colorados, y algunos otros muy mestizados. Desde el siglo XVI, comenzó en esta comarca el tráfico de esclavos negros. Su grupo étnico se ha desplazado por toda la costa, especialmente en Esmeraldas. Allí domina el elemento negro y el mulato. Sin embargo, la mayor parte de la costa está poblada de montubios (campesino de la costa de Colombia y Ecuador) y cholos (mestizo de sangre europea e indígena). Los montubios corresponden a complejos mestizajes de negro, blanco e indígena. Habitan todo el litoral y han sido la mano de obra básica para la agricultura. Formaron la masa de trabajadores que los latifundistas usaron para roturar la tierra virgen. Se dedican también a talar la madera de la selva. Los cholos son indígenas que se han mestizado culturalmente, cambiando sus costumbres ancestrales. Pueblan los sectores áridos del litoral, especialmente la península de Santa Elena.

Hay una fuerte migración del campo a la ciudad: Guayaquil, Machala, Esmeraldas, Santo Domingo de los Colorados y Quevedo. La región es rica en maderas, de las que tiene grandes reservas. La falta de comunicación impide una explotación extensiva.

A los márgenes de los ríos se agrupan las grandes haciendas productoras de cacao, producto típico de exportación ecuatoriano. Con el tiempo y con las plagas, el cacao fue disminuyendo, arruinando a muchos hacenderos que se tuvieron que dedicar a la banana.

El sector septentrional lo constituyen las cuencas del Santiago y del Esmeraldas, con terrenos bajos y cenagosos, dominados por un clima cálido y húmedo. La densidad de la selva y la falta de vías de comunicaciones ha impedido una población humana adecuada. La ciudad de Esmeraldas tomó importancia por ser la terminal del oleoducto trasecuatoriano en Puerto Balao. El sector árido de esta región abarca la costa Manabí, la península de Santa Elena y parte de la provincia de El Oro. En la árida península de Santa Elena destacan los yacimientos de petróleo, explotados desde la década de los años veinte.

El sector regional más importante se localiza en la cuenca del Guayas, formada por las hoyas de los ríos Daule, Vinces y Babahoyo y se extiende por las provincias de Guayas y Los Ríos. Es dominio de climas cálidos. Aquí se obtienen las mayores producciones de cacao, banana y arroz del Ecuador. Importante es también la ganadería bovina, mezclada con cebú. La capital de la región es Guayaquil, puerto de exportación de cacao y banana.

Las islas del archipiélago de Colón o Islas Galápagos, a más de mil km de la costa ecuatoriana, con casi 8.00 km2 forman un archipiélago de 30 islas e islotes. Sus habitantes se concentran en las islas de San Cristóbal, Santa Cruz, Floreana e Isabela. Su clima sano y su excepcional fauna atraen cada vez más al turismo. La capital es Puerto Baquetizo.

Las tierras altas andinas

Sobre el origen de la palabra Andes hay varias teorías: Que viene del quechua anti ‘cumbre o cresta alta’; que se trata de la variación de una palabra nativa de Perú, que significaba ‘cobre’ o, quizás, ‘metal’ en general, por referencia a los minerales de la; que la palabra Andes es una corrupción de andenes, rellanos o terrazas, construidos por los Incas en la cordillera con propósitos agrícolas.

Desde el período hispánico, estos valles interandinos, cuencas interiores, altiplano y laderas se convierten en el soporte económico de la América Andina. Esto se debe a la valoración de los recursos mineros a agropecuarios, propios de las zonas templadas de altura. Estas tierras están, sin embargo, desde hace tiempo en proceso de empobrecimiento por el éxodo rural. La causa es la erosión y el agotamiento de las tierras. Este proceso de desvalorización de las tierras altas se compensa con el extraordinario auge de la región Centro-Norte venezolana dinamizada por Caracas. Aunque no es una región andina, presenta algunas de sus características al desarrollarse en la Cordillera de la Costa y las comarcas andinas colombianas, sujetas a la influencia de Bogotá, Medellín y Cali.

Región centro-norte costera venezolana

Esta región montañosa está integrada por los estados de Miranda, Carabobo y Aragua. El distrito de Urdaneta ya pertenece al de los Llanos Centrales de Venezuela. La Serranía del Litoral va paralela al mar, con el que entra en contacto con pequeñas playas muy bonitas. La Serranía del Interior es la franja que bordea los Llanos. Entre ambas alineaciones orográficas se encuentras numerosas depresiones longitudinales y cuencas interiores, en donde está concentrada la mayor parte de la población venezolana. Entre ellas destaca la gran fosa del lago Valencia. También destaca la fosa tectónica de Caracas por donde corre el río Guaire.

La población de esta región representa el 40% de la población venezolana. Aquí se localizan las mayores densidades del país. La Guaira y Puerto Cabello son los dos puertos industriales más importantes. La migración hacia las ciudades es enorme, de modo que el campo queda deshabitado. Alrededor de Caracas se han formado ciudades satélite.

Los Andes venezolanos

Tradicionalmente comprenden el territorio de los estados de Téchira, Mérida y Trujillo., con una extensión de 34.200 km2. El macizo central de la Cordillera de Mérida separa la región del Zulia de la región de los Llanos. Además de la Sierra de Mérica, tenemos la Sierra Nevada, Sierra de la Culata, Sierra de Tovar. En muchas vertientes hay frecuentes nieblas que dan lugar a la formación de las denominadas selvas nubladas.

A más de 3.000 m de altura se desarrollan el clima de páramo. Uno de los grandes inconvenientes de estas regiones desde el punto de vista humano es la escasa proporción de tierras llanas o con pendientes suaves para el cultivo. En las vertientes exteriores de los Andes hacia el lago Maracaibo, la población ha aumentado considerablemente, desde el siglo XIX, debido a las plantaciones de café. La metrópoli regional está en San Cristóbal, que ha absorbido las ciudades próximas.

Entre las ciudades de los valles andinos, destaca Mérida en el valle del Chama. Es la sede de la Corporación de los Andes (CORPOANDES) y de la importante Universidad de los Andes.

Los Andes colombianos

Se dividen en Cordillera Occidental, Central y Oriental. Están separados por fosas de hundimiento donde están los valles del Cauca y el Magdalena. La fosa del Magdalena separa la Cordillera Oriental de la Central y es muy ancha y profunda. La fosa del Cauca, entre la Cordillera Central y Occidental es más estrecha. Así las llanuras bajas penetran hasta el corazón de las formaciones andinas. Pero lo substancial del poblamiento se da en las tierras andinas altas.

La Cordillera Occidental es la más baja de las cordilleras colombinas, con alturas medias de dos mil metros. A unos tres mil metros tiene una bella planicie llama de Túquerres e Ipiales. La Cordillera Central es algo más imponente, con alturas medias de 3.300 m. Presenta amplias altiplanicies y fértiles valles. En las vertientes donde corren el Cauca y el Magdalena está el Cinturón cafetero del famoso café de Colombia. Al sur forma las altiplanicies y valles de Antioquia, caracterizados por el singular poblamiento.

La Cordillera Oriental es extensa. Tiene el páramo de Sumapaz y las sabanas de Bogotá, Ubaté y Chiquinquirá y las altiplanicies de Tunja. En la parte nororiental están las montañas de Santander. Las masas andinas de montañas han impedido siempre la circulación y la comunicación entre los pueblos, lo que ha aumentado el localismo y el arcaísmo, incluso en el lenguaje. El escalonamiento montañoso da lugar a un escalonamiento climático con climas templados, húmedos y intertropicales. En contrapartida, en los cañones del Cauca y del Patia se da un clima muy seco. En estas regiones andinas, que comprenden más de 283.000 km2, se concentra la población colombiana, prolongándose n los valles del Cauca y del Magdalena.

En Colombia domina el intenso mestizaje que se expresa en una serie de tipos regionales: el cundinamarqués, santanderino, antioqueño, tolimense-huilense, caucano-nariñense. Pero el mejoramiento de las comunicaciones va limando estas diferenciaciones interregionales. Algunas de las comunidades más antiguas indígenas del país subsisten en las “tierras de resguardo” sobre los contrafuertes occidentales del Macizo colombiano. Estos resguardos son terrenos que obtuvieron los indios durante la Colonia, propiedad colectiva sobre las tierras.

Entre los mil y dos mil metros de altitud, con pluviosidades medias de 1.700 mm, se configura en las laderas el Cinturón Cafetero. Los suelos volcánicos de las pendientes aseguran una buena producción de café. Destacan entre las zonas cafeteras las del Quindío, Norte del Valle del Cauca, Caldas, suroeste de Antioquia, Cundinamarca y sur de Santander. La producción de café de estas regiones ha asegurado la mayor densidad de población de estas regiones.

Los problemas de pauperización de los campesinos se agravan por la defectuosa estructura de la propiedad, contrastando el minifundio con el latifundio. Esto estimula las importantes migraciones interiores hacia los centros urbanos y hacia las tierras bajas. El espacio colombiano está estructurado por cuatro conjuntos regionales, en función de las ciudades de Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga.

La Sierra ecuatoriana

El núcleo geohistórico del Ecuador se ha estructurado en la región de la Sierra. Es una región interandina que comprenden 68.200 km2 y representa el 24,8% del territorio ecuatoriano. Es un conjunto de planicies y valles altos a una altura media de 2.500 m, enmarcados en la Cordillera Occidental y la Cordillera Oriental, con una anchura que no excede los 70 km. Las cuencas interandinas, denominadas localmente “hoyas”, están separadas entre sí por imponentes cordilleras transversales y acumulaciones de material volcánico, denominadas “nudos”.

El desarrollo en altitud explica una gran gama climática. La posición deprimida y acañonada de algunas cuencas explica el clima árido de las mismas. Entre los 1800 y los 2.500 m, tenemos el piso subtropical interandino con temperaturas medias que fluctúan entre los 15° y los 20°. Entre los 2.500 y los 3.200 m está el piso templado. Entre los 3.200 y los 4.000 m de altitud, tenemos el piso de páramos con temperaturas medias por debajo de los 10°. Por encima de los 4.000 m de altitud hasta el límite de las nieves perpetuas tenemos chaparrales, con la existencia de un pobre pastoreo. En las regiones andinas exteriores, orientales y occidentales, se desarrolla un clima mesotérmico húmedo.

La región andina ecuatoriana concentra el 50% de la población ecuatoriana. La mayor parte de esta población serrana se agrupa en valles protegidos o mesetas templadas, de pequeña extensión, emplazas en altitudes entre los dos mil y los tres mil metros. La población regional tiene una fuerte preponderancia indígena, especialmente en comarcas rurales.

En Imbabura, Pichincha, Cotopaxi, Chimborazo y Loja hay numerosos grupos étnicos indígenas que difieren en sus modos de vida y hábitat en los que el aislamiento y la falta de comunicaciones acentúa el localismo. Algunos de ellos son pequeños propietarios, como los Salasacas y los Cañaris. Otros están sometidos al “huasipungaje” (servicio de arriendo), como los Punguray de Chimborazo.

La contrastada orografía explica el localismo y la diferenciación de tipos locales: el pupo en Carchi, el chagra en las hoyas más densamente pobladas de la sierra, el chazo en la sierra próxima al Perú.

La ciudad de Quito está a 2.850 m de altura y es la segunda capital administrativa más alta del mundo (después de La Paz) y la capital oficial más elevada del planeta. Fue la primera ciudad declarada, junto a Cracovia en Polonia, como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco, en 1978. En 2008, Quito fue nombrada sede de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Guayaquil ha ido ganando importancia por su función exportadora. La tercera gran ciudad ecuatoriana es Cuenca.

La complicada orografía regional ha sido un obstáculo para las comunicaciones internas. La integración vial se ha logrado con la terminación de la Carretera Panamericana, que cruza la Sierra del Carchi al Macará.

La Sierra peruana

En la Sierra peruana los Andas constituyen una barrera continua y compacta de 1.300 km de largo. Atraviesan el país de norte a sur, con alturas que se van elevando en el mismo sentido de 4.500 a 6.000 metros sobre el nivel del mar.

Los Andes septentrionales peruanos des la frontera con Ecuador hasta la latitud de Cajamarca forman un conjunto de 400 km entre el litoral pacífico y la cuenca del Amazonas. Estos Andes septentrionales peruanos son algo más bajos y más húmedos que el resto de los Andes peruanos, lo que posibilita una mejor vegetación.

Al sur de la latitud de Cajamarca tenemos los Andes Centrales, más altos y compactos, conformando altas planicies de hasta 60 km de anchura en una altitud de 4.000 m. Estas planicies están enmarcadas por la Cordillera Occidental y la Oriental. Los profundos valles excavados por los ríos Apurímac, Urubamba, Paucartambo, Perené han dejado relieves en el antiguo nivel de la meseta. Tenemos también los huaycos o torrenteras y los aluviones que se originan en el piso superior de la vertiente andina causando estragos en el piso medio.

En el sur de la Sierra peruana tenemos altiplanicies de 4.000 y 4.800 m de altura. Se observan algunas depresiones, como la que forma el lago Titicaca a 3.800 m de altura. Estas altiplanicies tienen una enorme anchura entre Perú y Bolivia, y están enmarcadas en el sector oriental por la Cordillera de Carabaya y en el sector occidental por imponentes volcanes y formaciones de lava.

El clima de estas zonas muestra diferencias por al altitud de las montañas. La vertiente occidental de mil a dos mil metros tiene un clima subtropical desértico con lluvias ocasionales de escasa intensidad, con fuerte insolación y con temperaturas anuales de hasta 20°. La vertiente oriental andina está influenciada por las masas de aire cálido de la cuenca del Amazonas, tiene mayor precipitaciones y humedad, tiene estrechos y hondos valles interandino con clima cálido y húmedo (valles del río Marañón y Apurímac).

De los 2.000 a los 3.500 m se desarrolla un clima templado de altitud, con medias anuales de 16°. Grandes contrastes climáticos entre el día y la noche. Las precipitaciones anuales se presentan entre diciembre y abril, después de un gran período de sequía. A partir de los 3.200 m son frecuentes las heladas nocturnas. Entre los 3.500 y los 5.000 m, es el dominio de las punas con su clima frío de altitud, con temperaturas diurnas positivas y nocturnas negativas, violentos vientos. La escasez de oxígeno en la atmósfera y la alta presión atmosférica originan el mal de altura o soroche. Por encima de los 5.000 aparecen las nieves perpetuas.

La población serrana se localiza preferentemente por encima de los dos mil metros de altura, en los valles existentes en las vertientes y en las mesetas interandinas. El principal centro urbano en la Sierra Norte es Cajamarca, a 2.750 m, mientras Cuzco (“el ombligo del mundo”), antigua capital del imperio inka y centro urbano de la Sierra Sur, está a 3.399 m. Exceptuando las ciudades mayores, donde predomina la población mestiza, la Sierra es un conjunto regional fundamentalmente indígena, de raigambre quechua y aymará.

El altiplano boliviano

La región del Altiplano boliviano comprende el departamento de Orturo y gran parte de los departamentos de La Paz y Potosí. Tiene una superficie de 160.394 km2, o sea el 14,6% del territorio total boliviano. Su núcleo está constituido por el Altiplano, que forma una depresión entre los 3.400 y los 5.000 m, conformando un sistema de drenaje interno de más de 800 km de largo, alcanzando en la parte central 220 km de ancho. Está enmarcado en su vertiente oeste por los Andes Occidentales, con alturas de más de 6.500 m. Su vertiente oriental está constituida por las complejas formaciones de las cordilleras de Apolobamba, Muñecas, Real, con el imponente Illimani (6.480 m), Tres Cruces y Santa Vera Cruz, y las serranías de la Cordillera Oriental.

El modelado del Altiplano boliviano no es simple. Existen terrazas lacustres a diferentes alturas como restos de antiguos lagos cuaternarios que cubrían buena parte del Altiplano y que hoy quedan en el de Titicaca, con una superficie de 8.800 km2, compartida a partes iguales por Perú y Bolivia, y el lago Poopó con 3.130 km2. Esta región está formada por varias cuencas unidas entre sí sin desagüe oceánico y con niveles distintos, originándose un desagüe interno irregular y disperso.

La altitud de estas cuencas disminuye de norte a su y están separadas entre sí por serranías. La cuenca del lago Titicaca (3.805 m de altitud) recibe las aguas intermitentes de muchos riachuelos y, a su vez, las vierte en el río Desaguadero que baja a desembocar en el lago Poopó (3.690 m de altitud). En la extensa cuenca de Oruro-Coipasa se acusan condiciones de aridez, sobre todo en la planicie de Coipasa. La parte sur de esta  tiene una pequeña laguna alimentada por los ríos Lacajahuira y varios más. El resto lo ocupa el extenso salar de Coipasa. En la cuenca de Uyuni tenemos 9.000 km2 de salar a 3.653 m. Al sur de este salar el piso se eleva gradualmente para formar un paisaje de bolsones, los que constituyen la parte septentrional de la Puna de Atacama, que comprende gran parte del norte y sur de Lípiz.

Esta región altiplánica, con sus avanzadas culturas precolombinas, ha sido el núcleo de la población del país. Una gran masa indígena de campesinos se ha concentrado en el Altiplano conservando sus caracteres vernáculos. La población mestiza y blanca tiende a ubicarse en las ciudades y campamentos mineros. Las concentraciones más altas de población campesina se alcanzan en los grupos indígenas aymarás localizados desde la ribera norte del Titicaca hasta el área de Oruro. Contrastan las densidades de las riberas del Titicaca con las poco pobladas zonas de la Cordillera Occidental y las áridas extensiones de los salares de Coipasa y Uyuni, donde, virtualmente, se llega al desierto demográfico. Las comunidades indígenas aymaras ocupan un lugar muy importante en la vida del país.

Tradicionalmente en esta región del Altiplano boliviano se conforman las rutas históricas comerciales y de intercambio cultural entre América Andina y la cuenca del Río de la Plata. Con la pérdida del litoral pacífico por parte de Bolivia en la guerra con Chile, se acentuó el aislamiento de estas regiones, agravado por la carencia de caminos adecuados para el transporte automotor. Más tarde, las vías ferroviarias se constituyeron en el principal medio de vinculación entre el Altiplano, el Pacífico y el Atlántico.

En la organización urbana del Altiplano boliviano destaca La Paz, metrópoli nacional y regional. Ciudades importantes son también Viacha, Corocoro (ciudad minera). En un entorno hostil, asolado por fuertes vientos, se emplaza a 3.706 m de altitud la vieja ciudad de Oruro. Esta ciudad, pese al esplendor minero de siglos pasados, no guarda paisajes urbanos monumentales. En el desamparo del Altiplano, a 4.040 m de altura, se emplaza la vieja ciudad de Potosí, cuya evolución ha estado ligada a la minería, como lo atestiguan sus magníficas construcciones históricas.

Yungas y valles bolivianos

Los Yungas son valles subtropicales ubicados en las estribaciones de la cordillera de Los Andes en el Departamento de La Paz, Bolivia.

El conjunto regional de los Yungas y Valles bolivianos comienza a 3.000 m en las cordilleras del límite oriental del Altiplano, descendiendo hasta una altura de 500 m. Comprenden parte de los departamentos de La Paz, Potosí y Tarija, así como la casi totalidad de los de Cochabamba y Chuquisaca. Pueden distinguirse tres divisiones importantes: Los Yungas, nombre local para la parte limitada por las montañas al norte y noreste de La Paz y noreste de Cochabamba. Y los Valles, que van de Cochabamba hasta la frontera con Argentina. Loas Yungas están formados en la parte este de las Cordillera Real y Oriental por tierras altas muy abruptas entre los 500 y 100 m de altura. Se encuentran cortados en el sector septentrional por ríos que desembocan en el Beni. Por encima del nivel de los Yungas, entres los 2.000 y 3.000 m, se extiende la zona de Medio Yunga, cubierta de nubes y muy húmeda y con formaciones de bosques.

Los Yungas propiamente dichos se caracterizan por su clima húmedo y cálido y una vegetación exuberante. Sus suelos son ricos, aunque delgados en las partes más abruptas, donde los lugareños preparan terrazas de cultivo como en los Andes, aquí llamadas tacanas. Tiene una agricultura tropical, especialmente de coca, café, plátano y frutales, con té, cacao y tabaco.

Los valles son extensos y están situados a alturas de 1.800 a 3.000 m. Especialmente importante es el valle de Cochabamba, una de las zonas principales de la agricultura del país. Las tierras que declinan hacia el Chaco sólo alcanzan alturas de 1.700 m, con valles interiores a poco más de 1.000 m.

Las tierras orientales del interior

Las tierras andinas tropicales al oriente del sistema de los Andes han sido tradicionalmente espacios vacíos. Se exceptúan incursiones tempranas por motivos misionales, a partir del siglo XIX el establecimiento de campamentos militares de apoyo fronterizo, o por avance transitorio de recolectores de caucho y otros recursos de flora y fauna. La situación comenzó a cambiar tímidamente en este siglo. Los colonizadores espontáneos avanzaron por las vías fluviales de los sistemas del Orinoco y del Amazonas. Desde mediados de los años cincuenta, la ocupación de estos espacios vacíos está aumentando.

Los Llanos colombo-venezolanos

Este conjunto regional va de oeste a este del país, desde el piedemonte o falda oriental de los Andes colombianos y venezolanos hasta la región nororiental de Venezuela. Por el norte limitan con la Serranía del interior de la Cordillera de la Costa. Por el sur, el Orinoco marca la separación con la región de Guayana. En el tramo meridional del río Guaviare, los Llanos de Colombia empalman con la depresión del sistema del Amazonas. Son drenados por la red hidrográfica del Orinoco. Se suele distinguir entre el piedemonte llanero y el llano propiamente dicho. Este piedemonte andino llanero consiste en una sucesión de conos de época antigua y reciente. Tienen suelos fértiles y su altitud media es de 150-500 m. En los llanos propiamente dichos se distingue entre Llanos altos y Llanos bajos, separados por la curva de nivel de los 100 m.

Los Llanos altos no son inundables. Presentan ondulaciones originadas por la erosión fluvial. Se distinguen también las galeras o lomas alargadas que rara vez sobrepasan los 250 m. En cambio, los Llanos bajos se inundan. Aquí los ríos, en vez de correr por los lugares bajos, con frecuencia lo hacen por encima de sus propias depositaciones formando diques naturales, que al desbordarse en épocas de lluvia, facilitan las inundaciones.

El suelo del Llano bajo es arenoso y de baja fertilidad. Todo gravita en torno a los períodos de crecidas y bajadas del Orinoco y sus afluentes. Al subir las aguas se practica la trashumancia del ganado hacia las partes no inundables, donde las reses pasan la estación lluviosa. Retornan con el deflujo de las aguas del sistema del Orinoco, hacia los pastizales naturales ribereños.

Los bajíos son espacios que se cubren en la época de lluvias de una capa de agua de unos 20 cm de altura. En los sitios más bajos o esteros, se suelen alcanzar capas de más de dos metros y en años de grandes crecidas se alcanzan hasta los cuatro metros de altura.

Domina un clima tropical muy lluvioso en la sabana con una temperatura de sequía bien marcada. Las temperaturas medias son de 38°. Se forman sabanas con arbustos y árboles aislados, que algunas veces se agrupan formando matas. A los largo de los ríos que atraviesan la sabana se forman también selvas de galería. Estas selvas han tenido siempre gran interés comercial, suministrando el grueso de madera que consume Venezuela. Desgraciadamente, debido a la explotación de la madera, estas selvas se están extinguiendo rápidamente.

Los primeros avances en los Llanos los hicieron los misioneros católicos en la segunda mitad del siglo XVIII. Algunos centros, como San Carlos, ya fueron fundados en el siglo XVII. En el siglo XIX decayeron la mayoría de los centros urbanos coloniales debido a las epidemias de paludismo y guerras civiles. Desde los siglos coloniales ha dominado en estas regiones la ganadería extensiva de vacunos.

Los Llanos colombianos abarcan una superficie de 252.670 km2. Comprenden la intendencia de Arauca y Casanare, la comisaría de Vichada y el departamento de Meta. Quedan muy pocos indígenas, diezmados por la presión de estancieros y colonos. Entre los que subsisten están los guahibos, tunebos, yaruros, sálivas y piapocos.

La ciudad de Villavicencio es la “puerta de entra del Llano” y está unida por carretera con Bogotá, es centro de la comarca ganadera. La ciudad de Yopal tiene también funciones similares de unión entre la cordillera y el Llano. En los Llanos bajos colombianos domina la ganadería practicada extensivamente por los grandes hatos (haciendas de campo destinada a la cría de toda clase de ganado).

En los Llanos venezolanos destacan los altos Llanos Occidentales y los bajos Llanos Centrales. Los altos Llanos Occidentales de Portuguesa están integrados por el piedemonte andino-llanero. Destacan los cultivos de arroz, maíz, caña de azúcar, tabaco y algodón. La explotación maderera de los ricos recursos forestales ha sido destruida y ha llevado a la extinción de los bosques de la gran Selva de Turén.

En los bajos Llanos se ha constituido la región de los Llanos Centrales integrada por los estados de Guárico, Cojedes y Apures. Gran parte de estos llanos se inundan en importantes superficies. Esto perjudica a la ganadería, que tiene que practicar la trashumancia tropical hacia áreas no inundadas. La ciudad principal es San Fernando de Apure, que aunque ha perdido la condición de puerto fluvial por embancamiento y ausencia del tráfico, mantiene comunicación vial con el resto de la República. En esta región hay, además, explotación petrolera.

La Guayana venezolana

Comprende el estado de Bolívar, separado del resto del país por el amplio arco del río Orinoco. Son penillanuras con algunas colinas como la sierra Imataca y Nuria con grandes yacimientos de hierro. En esta sector domina el clima tropical lluvioso. Al sur dominan las grandes mesetas, llamadas localmente tepuys: Auyán Tepuy (2.450 m), Chimatá Tepuy y Acopán Tepuy (2.400 m) con cataratas tan espectaculares como las del Salto Ángel o Churúm-Merún (como es llamado por los indígenas).

Aquí se extiende la Gran Sabana con un relieve de alturas de 700 a 1.400 m, imponente por la majestuosidad de los tepuys y la vegetación sabanera que contrasta con las selvas que la rodean. Hay además numerosas serranía. Destacan las de Paracaima en el límite con Brasil y el monte Rororaima (2.890 m). Aquí domina el clima tropical lluvioso con selvas.

Las primeras penetraciones misionales españolas son de los siglos de ls conquista ya. Importante es la Ciudad de Angostura, fundada ya en el 1764, hoy llamada Ciudad Bolívar, de gran auge económico en el siglo XIX. La población se concentra en la franja sur del río Orinoco en las dos ciudades de mayor rango: Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar. En el resto de la región sólo destacan las zonas mineras.

En el interior destacan grupos de aborígenes: los aratuní, yekuanas, pemones, mientras que en las cercanías del Orinoco se distinguen los panares, piaroas y mapoyos. Algunos forman comunidades organizadas comercialmente.

Las tierras del Alto Amazonas

Parte importante de la selva amazónica pertenece a la América Andina. Se designa con el nombre de Amazonia en Colombia y Venezuela; Oriente, en Ecuador; Montaña, en Perú. Estas tierras se extienden desde las selvas colombo-venezolanas hasta Beni boliviano. Se puede distinguir entre la selva alta, en el piedemonte andino oriental, y la selva baja en le depresión del Amazonas.

Los sectores piedemontanos andinos amazónicos llamados ceja de montaña en Perú, comprenden las partes inferiores de las vertientes andinas a partir de los 2.000 m hasta los 600 m de altitud. Tienen un clima con temperaturas medias anuales de 25° y altas precipitaciones. Es una selva rica en caucho. La quina se explotó en estas regiones desde la época colonial hasta mediados del siglo XIX en los sectores piedemontanos, especialmente del Perú.

Estas zonas del Alto Amazonas fueron las primeras productoras de caucho. La explotación del caucho causó un desastre ecológico. La producción de madera es importante también, sobre todo el cedro y la caoba.

Esta región fue descubierta en 1542 por el gobernador de Guayaquil, Francisco de Orellana. Las expediciones a estas zonas partían de las tierras andinas, de los virreinatos, sobre todo del Perú.

El Gran Chaco

El curso del río Paraguay divide el Paraguay en dos regiones diferenciadas: en el oeste el Chaco, llanura inmensa y casi deshabitada; al este, la región del Paraná, prolongación de la meseta brasileña, accidentada en la que se concentra la mayor parte de  la población del país. El río Paraguay atraviesa el territorio de norte a sur y su curso es navegable hasta Asunción.

El Chaco o el Gran Chaco (del quechua Chacú, ‘país de las cacerías’), llanura aluvial que se extiende por la región centro-meridional de América del Sur. Es una región baja en el interior que abarca el norte de Argentina, Paraguay y Bolivia.

Con una superficie que supera los 675.000 km2, la región se divide en: Chaco boreal, la más extensa de las divisiones, al norte del río Pilcomayo; Chaco central, que se sitúa entre los ríos Pilcomayo y Bermejo (que tienen sus nacientes en la cordillera de los Andes y desembocan en aguas del Paraná-Paraguay tras seguir una dirección noroeste-sureste), y Chaco austral, al sur de éste último, que se prolonga entre el Bermejo y el Salado hasta su contacto con la Llanura pampeana.

El primer sector está dividido entre Bolivia, Paraguay y, en menor medida, Brasil, mientras que los otros dos se hallan en territorio argentino, divididos a su vez en cuatro subunidades morfológicas: Chaco alto, Chaco deprimido, Chaco bajo y Diagonal fluvial de Santiago del Estero.

Durante las temporadas de lluvias, están inundadas grandes extensiones, por la lentitud del desagüe de los ríos. Las precipitaciones son periódicas y van disminuyendo hacia el oeste, por lo que se forman sabanas secas y sabanas sin zarzas.

Entre 1932 y 1935 tuvo lugar en el sector boreal de esta inmensa llanura la denominada guerra del Chaco, conflicto armado entre Bolivia y Paraguay, motivado por la imprecisión de los límites fronterizos entre los dos países (regidos por un statu quo desde 1907), el intento boliviano de tener una salida al mar desde el río Paraguay y el aumento de riqueza, provocado por la explotación de la madera del quebracho (árbol de gran porte, de la familia de las Anacardiáceas, con cuya madera, muy dura, se fabrican durmientes. Su corteza es rica en tanino) y el control de las reservas petrolíferas descubiertas en la región. Tras todo ello se encontraban los intereses multinacionales (Standard Oil en Bolivia y Shell en Paraguay). El Tratado de Buenos Aires (1936) fijó los actuales límites fronterizos de la región. La mortandad, especialmente por hambre y enfermedad, fue inmensa (unos 100.000 muertos) y supuso una convulsión en las perspectivas vitales de los indios bolivianos, que fueron las principales víctimas de la tragedia.

Cuenca del Río de la Plata y Paraná

El llamado Río de la Plata es un gran estuario en la costa atlántica, entre Uruguay al norte y Argentina al sur. Sus aguas provienen de las cuencas del río Paraná, el Uruguay y sus afluentes. En él se encuentra el puerto de Buenos Aires.

Las grandes regiones de pradera y pasto del Río de la Plata están regadas de norte a su por el río Paraguay y el río Paraná. Ambos se juntan en la desembocadura y forman un embudo, llamado por los españoles “Río de la Plata” porque por él subían a la región de las minas de plata en Potosí (Bolivia) y Perú.

El paisaje a ambos lados de las desembocaduras es terreno llano. En la parte occidental están Las Pampas argentinas, grandes llanuras de pastoreo, centro ganadero del país con sus gauchos (vaqueros).

Los tres países del Plata son Argentina, Uruguay y Paraguay. Argentina tiene en el noroeste una parte andina, se extiende al sur por la Patagonia y en el noreste se mete hasta los montes de Brasil. También Uruguay y Paraguay pertenecen en parte a los montes de Brasil.

En el fondo, los países del Plata forman un territorio llano y bajo de gran amplitud, con los bosques del Chaco al norte y los pastos y las plantaciones de cereales de la Pampa al sur y sureste.

Los principales ríos: El río Paraguay, que nace en la meseta del Mato Grosso (Brasil), recoge los afluentes de los Andes (Pilcomayo y Bermejo) y desemboca en el río Paraná en Corrientes.

El río Paraná, la segunda corriente fluvial más grande de América del Sur, nace en el centro del Brasil, toma en las fronteras brasileñas el afluente Iguaçú y desemboca en el Río de la Plata, en el que también desemboca el Uruguay (“Río de los Pájaros”), que viene del sur del Brasil

El Río de la Plata, a pesar de su nombre, no es propiamente un río. Es en sí solamente la bahía en forma de embudo que forman al desembocar los ríos Paraná y Uruguay, una bahía de hasta 250 km de ancho y poca profundidad (aprox. 3 m). Pero el nombre de La Plata se usa en general para designar todo el sistema fluvial de los ríos Paraguay, Paraná y Uruguay.

La Patagonia

Región en el extremo meridional de Argentina y Chile. Se inicia al sur del río Colorado, en Argentina, y acaba en la tierra de Fuego (800.000 km2). Es una penillanura en la que discurren profundamente encajados los ríos Negro y Chubut. El clima es frío, árido y ventoso.

Es una región administrativa argentina, con las provincias de Río Negro, Neuquen, Chubut, Santa Cruz y Tierra de Fuego. Fue explorada por Magallanes (1520). Los españoles tan sólo pudieron instalar algunas misiones y factorías pesqueras. Fue conquistada en la guerra del Desierto (1879-1883), en la que se exterminó a los indios nómadas. Más tarde fue colonizada por compañías comerciales y colonos que se dedicaron a la ganadería extensiva.

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