Impersonalidad con ser

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Tengo una duda sobre el análisis sintáctico de una oración: hoy es sábado.

No sé si es predicado nominal, si es impersonal, si sábado es atributo...

En la oración copulativa o atributiva Hoy es sábado, el componente que sigue al verbo (sábado) desempeña la función de atributo de la oración copulativa. Lo demuestra la posibilidad de conmutación pronominal por el neutro lo: Lo es. Es una oración con sujeto cero, es decir, impersonal sintáctica. No es posible anteponer el atributo al verbo: *Hoy sábado es.

Se podría pensar también que la posibilidad de recuperar un sujeto léxico, que en este caso sería día, ya que la expresión puede ser respuesta a la pregunta -¿Qué día es hoy? -Hoy es sábado. Pero no decimos o no se dice *El día de hoy es sábado.

Hoy

es

sábado

adverbio

cópula

atributo

 

predicado nominal

oración copulativa / atributiva

 

Construcciones como Es tarde, Es de día... son consideradas por algunos gramáticos como atributivas con ser en uso impersonal (el sujeto queda indeterminado). Para otros autores, el verbo ser en oraciones como Es mediodía, Son las cuatro... es un verbo predicativo y la expresión que sigue a ser es el sujeto invertido. Para otros son construcciones especificativas reducidas:

«Una construcción singular con el verbo ser es la que presenta una sola expresión situada invariablemente en posición poscopular; se trata de una construcción que podría considerarse como especificativa reducida, porque falta la expresión precopular, aun cuando no ha recibido una caracterización unánime en los estudios gramaticales. Algunas de sus realizaciones más frecuentes son fórmulas de significación temporal.» (Fernández Leborans 1999: § 37.4.3).

Para más detalles ver las citas siguientes:

Citas

 

«Impersonalidad con ser

La impersonalidad con el verbo ser se manifiesta en dos tipos de construcciones diferentes: con atributos y en estructuras ecuacionales.

Con atributos

El primer grupo engloba oraciones como:

Es viernes.

Es mediodía.

Es tarde.

Es pronto,

Es de día.

Es temprano.

Es de noche.

Son las dos.

Es la una.

En estos casos, los componentes que siguen al verbo desempeñan la función de atributo como lo demuestra la conmutación pronominal por el neutro lo.

Estos atributos se dicen de sujetos cero. Obsérvese la imposibilidad (salvo hipérbaton literario) de anteponer al verbo tales atributos.

En los casos de

Son las dos,

Es la una,

hay que notar la concordancia entre el verbo y el sintagma nominal que le sigue. Ello podría llevarnos a pensar que éste último funciona como sujeto. Sin embargo, ya se sabe que, en las construcciones con ser, en ocasiones la concordancia se establece con el atributo y no necesariamente con el sujeto:

Aquí todo son calamidades.

Eso son tonterías.

Mi vida son recuerdos...

Además, tales sintagmas nominales son conmutables por lo:

Son las dos > Lo son.

Es la una > Lo es.

Cabría también la posibilidad de recuperar un sujeto léxico del tipo “las horas”, “la hora”:

*Las horas son las dos.

*La una es la una.

Pero como este tipo de frases nunca se dice ni se escribe, creemos que se trata de oraciones con sujeto cero y, por tanto, impersonales sintácticas.

Estructuras ecuacionales

El segundo tipo de impersonales con ser se refiere a las estructuras conocidas como ecuacionales o perífrasis de relativo. Estas construcciones presentan un primer componente enfático seguido del verbo ser más un segundo componente, que es siempre una proposición de relativo. Son, por tanto, estructuras de énfasis que se corresponden con estructuras no enfáticas de las que se derivan:

Visité a Juan (estructura no enfática),

A Juan fue a quien visité (estructura enfática: ecuacional).

Cuando el elemento enfático se corresponde con el sujeto de la oración no enfática, no es lícito hablar de impersonalidad sintáctica, pues tal elemento es también el sujeto del verbo ser en la estructura enfática.

Salieron los niños del colegio [los niños = sujeto] >

Fueron los niños quienes salieron del colegio.

Ahora bien, si el elemento enfático no se corresponde con el sujeto sino con cualquier otro elemento del predicado de la oración primitiva, podemos hablar de impersonalidad sintáctica, pues el verbo ser, verbo nuclear en la construcción, se encuentra sin sujeto:

Admito tus ojos [tus ojos = complemento directo] >

Tus ojos es lo que admiro. [...]

No todos los gramáticos están de acuerdo en considerar impersonales a este tipo de oraciones. Algunos opinen que se trata de estructuras que no pertenecen a los esquemas normales de sujeto + predicado o sujeto + ser + atributo, sino que tienen otra lógica gramatical distinta.»

[Gómez Torrego, Leonardo: La impersonalidad gramatical: descripción y norma. Madrid: Arco / Libros, 1992, p. 42-44]

«Especificativas reducidas

Una construcción singular con el verbo ser es la que presenta una sola expresión situada invariablemente en posición poscopular; se trata de una construcción que podría considerarse como especificativa reducida, porque falta la expresión precopular, aun cuando no ha recibido una caracterización unánime en los estudios gramaticales. Algunas de sus realizaciones más frecuentes son fórmulas de significación temporal, como las que se muestran en los ejemplos siguientes:

Es muy tarde. / Es de noche. / Es mediodía. / Es jueves.

Son las cuatro. / Es la hora de comer. / Es el año internacional del niño.

Otras son de referencia diversa, como se puede observar en los ejemplos siguientes:

Soy yo. / Somos nosotros. / Es tu hermano.

Son {cosas de la vida/ironías del destino}.

Es {el amor/la vida}.

Es {que está enamorado/que me duele la cabeza}.

La expresión poscopular puede adoptar, en este tipo de construcción, la forma de adverbios, locuciones adverbiales o sintagmas nominales de significado temporal, en el primer caso; pronombres personales, sintagmas nominales o cláusulas sustantivas de tiempo finito, en las demás manifestaciones.

La construcción de significado temporal ha sido objeto de más de una interpretación. Las oraciones

Es tarde,

Es de día...

son atributivas para algunos gramáticos (Navas Ruiz 1977: 116); el verbo ser presenta, en estos casos, uso impersonal (RAE 1973: § 3.5.7c; Bello 1847: § 776), de modo que el sujeto queda indeterminado y la expresión temporal se considera un complemento del verbo. En opinión de otros autores, el verbo ser de las oraciones

Es mediodía,

Son las cuatro...

es un verbo predicativo, análogo al que aparece en oraciones del tipo

Soy yo,

Somos nosotros,

en las que el verbo ser denota la presencia, y la expresión que sigue a ser (mediodía; las cuatro; yo; nosotros...) es, en realidad, el sujeto en inversión. Por lo que respecta a las construcciones de referencia diversa

Somos nosotros;

Es mi hermano;

Es que está enamorado...,

los gramáticos coinciden, generalmente, en señalar que se trata de representaciones residuales del valor predicativo de ser, en analogía con el uso primitivo ‘existencial’ (Bello 1847: § 1088) o de ‘acontecimiento’ de este verbo /RAE: 1973: § 3.3.4).

Pues bien, lo cierto es que este tipo particular de construcción no significa que “algo existe o acontece”, ni presenta individuos, entidades o estados de cosas, sino que expresa una identificación probablemente especificativa: se especifica un momento o fase temporal en un caso, o individuos, entidades o eventos en otros casos. El sujeto de especificación no está expreso en estas oraciones (en este sentido decimos que son reducidas); la expresión precopular es prescindible, bien porque es recuperable por el contenido de la expresión postcopular (obviamente, en una emisión como Es tarde, el término especificado por tarde es “el momento o segmento temporal” al que quiere referirse el hablante; no hay ambigüedad posible), bien porque es fácilmente inferible a partir del contexto previo o de la situación (la oración Es mi hermano puede admitir tres lecturas: atributiva marcada –el sintagma nominal puede ser interpretado en sentido figurado como SN de propiedad–, identificativa directa, con sujeto tácito referencial –el SN sería una descripción definida en respuesta adecuada apara una pregunta identificativa: ¿Quién es Juan? –Es mi hermano– o especificativa ‘reducida’ –el SN es una expresión referencial especificadora: (La persona que acaba de llamar es mi hermano–).»

[Fernández Leborans, Ma Jesús: “La predicación: las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.4.3]

«La posición del sujeto en las oraciones copulativas con ser

Hay un único caso en el que la posición del sujeto puede influir en su reconocimiento. Se trata de las oraciones con el verbo ser en las que tanto lo que aparece delante como detrás del verbo podría ser sujeto. En estos casos, se suele considerar sujeto el elemento que aparece en primer lugar.

La capital de Italia es Roma. [El sujeto es la capital de Italia.]

Roma es la capital de Italia. [El sujeto es Roma.]

No obstante, en enunciados como el problema eres tú o ¿qué es una quena?, los sujetos respectivos son y una quena

[Gómez Torrego, L.:  Análisis sintáctico. Teoría y práctica. Madrid: Ediciones SM, 2004, § 7.5]

«Sujeto y atributo

Cuando el atributo es un sustantivo con artículo, cabe la duda respecto a su función. En oraciones como Juan es el médico y El médico es Juan, podemos ver respuestas a preguntas como ¿Quién es el médico? o ¿Quién es Juan? También podría contestarse a la primera con Juan lo es (donde el referente lo señala que el médico funciona como atributo); a la segunda se respondería simplemente con Es el médico, donde tampoco se discierne entre las dos funciones de sujeto explícito y de atributo. No sería muy normal contestar Lo es el médico, con lo referido a Juan como atributo. Se ha hablado en estos casos de oraciones ecuativas.»

[Alarcos Llorach, Emilio: Gramática de la lengua española. Madrid: Espasa-Calpe, 1994, § 361-362]

«Predicado

Constituyente central de la oración con el que se combina el sujeto. Un predicado verbal es aquel cuyo núcleo es un verbo no copulativo

María {cura a las personas enfermas / vive a mi lado}.

En los demás casos, esto es, si el predicado es un nombre, un adjetivo, un sintagma preposicional o un adverbio, se habla de predicados nominales

María es {médico, buena}.»

[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, p. 90-91]

«Atributo

1. Predicado de naturaleza no verbal que requiere la presencia de un verbo copulativo que aporte los morfemas de tiempo/modo y concordancia correspondientes: La casa está preciosa, Yo soy profesora, Que le digas la verdad es de rigor. (Véase predicado nominal).

2. Algunos autores emplean este término para referirse, además, a los complementos predicativos. (Cf. Complemento predicativo).»

[Eguren, Luis / Fernández Soriano, Olga: La terminología gramatical. Madrid: Gredos, 2006, 55]

«Las oraciones copulativas de ‘caracterización’ no son reversibles (la construcción resultante de la reversión es agramatical). Así, a partir de oraciones como

María es guapa;

Antonio es arquitecto;

Luis es profesor;

no podemos construir

*Guapa es María;

*Arquitecto es Antonio;

*Un profesor es Luis.

En contextos que presentan orden de construcción marcada, el atributo puede aparecer en posición precopular por ‘focalización’, con prominencia tonal, y frecuentemente presenta especificador de grado:

ARQUITECTO es Luis, no ingeniero.

MUY INTELIGENTE es Juan.

Este procedimiento de focalización resulta natural cuando el atributo expresa características que favorecen la lectura contrastiva, como en la oración

MUCHO son los llamados y POCOS los escogidos, o en

NUESTRA será la victoria.

También en contextos de orden marcado, el atributo puede ser focalizado en posición poscopular no final, con extraposición –posposición o dislocación a la drecha en este caso– del sujeto:

Es ALTÍSIMO este chico.

El atributo valorativo con un no rechaza, por la función focal que le es propia, la posición precopular:

¡UN EGOÍSTA es tu hermano!

Por otra parte, el atributo puede aparecer en posición inicial de oración por ‘topicalización’ –‘tematización’ o ‘dislocación a la izquierda’, en otras terminologías–, con la consecuente duplicación por el clítico lo; la construcción suele incluir algún tipo de operador discursivo (temporal, locativo o modal) que atrae el interés de la información remática:

Amable, Juan lo es muy pocas veces.

Gordo, Pedro lo es por naturaleza.

Egoísta, lo has sido toda la vida.

Un caso especial de tematización del atributo, particularmente natural en el discurso escrito, es el ilustrado por sintagmas de propiedad de carácter comparativo:

Más interesante es la última obra del autor.

Igualmente sorprendente es su comportamiento.

Menos conocida es la primera etapa de su vida.

La disposición precopular del atributo se explica, en estos casos, por la vinculación que comporta la comparación con algún sintagma discursivo precedente (efecto que tiene algo que ver con la ‘ley de continuidad en el tópico’ (Givón 1983)) y el especificador de grado es normalmente emitido con acento contrastivo, como núcleo focal de la secuencia.»

[Fernández Leborans, Ma Jesús: “La predicación: las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.2.3]

«En lenguas como el español y el italiano, la gramática impone condición de sujeto a la expresión referencial, es decir, el sujeto gramatical coincide con el sujeto ‘lógico’ (semántico o temático), de modo que es este el que atrae la concordancia del verbo:

El problema soy yo.

*El problema es yo.

El motivo de su felicidad eres tú.

*El motivo de su felicidad es tú.

En este sentido, el sujeto gramatical no es necesariamente un sujeto sintáctico –de posición– (no se dispone obligatoriamente en posición preverbal), a diferencia de lo que sucede en otras lenguas, como el inglés o el francés, las cuales presentan una progresiva tendencia hacia la tematización rígida en la disposición del sujeto; la gramática de estas lenguas hace prevalecer el sujeto de posición sobre el sujeto lógico, de manera que es el sujeto de posición –invariablemente preverbal– el que desencadena la concordancia del verbo. Así, en las oraciones

The problem, (it) is me.

Le problème, c’est moi. [...]

Esta especie de ‘distorsión’ sintáctica característica de las oraciones especificativas, que se resuelve en la tendencia –regularizada en numerosas lenguas– a disponer el sujeto lógico en posición final de oración, viene determinada por la focalización de la expresión referencial; en la medida en que el foco de una oración especificativa coincide con la expresión referencial –el sujeto lógico– y, en cuanto foco que no es de modo natural exclusivamente contrastivo, la controversia está servida.

A este respecto, la gramática tradicional dice, por ejemplo, que «el verbo ser, cuando es copulativo, concierta a veces con el complemento predicativo, y no con el sujeto» (RAE 1973: 3.6.5d), e ilustra esta afirmación con oraciones que son inequívocamente especificativas –aun cuando la clase de las oraciones identificativas, con sus dos variedades generales (rectas e inversas) no se reconoce en los estudios tradicionales–:

La demás chusma del bergantín son moros y turcos;

Mi sueldo son veinte mil pesetas mensuales;

así que, el sujeto lógico en las especificativas es considerado como complemento predicativo (RAE 1973, Bello 1847) o como atributo (Navas Ruiz 1977), interpretación incongruente, sin duda, pero motivada por la confusión entre predicado lógico y predicado discursivo o pragmático (o lo que es lo mismo, entre predicado semántico –o temático– e información nueva –o rema–). [...]

Sólo si se observa un criterio basado en la configuración de constituyentes jerárquicamente relacionados, es posible describir adecuadamente fenómenos gramaticales que tienen que ver con esa diferencia de posición y que sirven para demostrar que la expresión poscopular de las inversas no es predicado sintáctico –porque no es predicado lógico (o semántico)– y, paralelamente, no presenta las características funcionales, estructurales, propias del atributo de las identificativas rectas ( o de las copulativas de propiedad).»

[Fernández Leborans, Ma Jesús: “La predicación: las oraciones copulativas”. En: Bosque, Ignacio / Demonte, Violeta (eds.): Gramática descriptiva de la lengua española. Madrid: Real Academia Española / Espasa Calpe, 1999, § 37.5.2.1]

«Es bien sabido que el atributo, cuando está representado por un adjetivo en las atributivas, concuerda con el sujeto en número y género. Ello se debe a la herencia del latín y a que la relación semántica entre atributo y sujeto es mucho más estrecha que entre sujeto y objeto directo, porque los semas del atributo no son absorbidos y neutralizados por el contenido del verbo, sino que, como si se tratase de un verbo transparente, inciden directamente sobre el sujeto y expresan unos rasgos esenciales e inherentes al sujeto. Pero es importante señalar que, a pesar de esto, el verbo sigue siendo el eje y núcleo sintáctico del sintagma verbal y no una mera cópula.

El atributo es conmutable siempre y sólo por la forma pronominal átona lo, no por la, los, las, aun cuando el atributo sea de género femenino y número plural. Tal vez deban tenerse en cuenta, para explicar este fenómeno, los siguientes datos:

Que los rasgos de género y número del atributo operan juntos cuando es un adjetivo (y algunos pronombres), pero no en los demás casos; y no es preciso reproducirlos en la conmutación por el pronombre átono, pues ya van marcados en el propio sujeto. Por ello, por ser innecesarios y por no ser comunes a todos los atributos, no se precisa la flexión de género y número en el pronombre átono que lo conmuta, el cual lleva en sí una fuerte carga de deixis y valor genérico neutro. Esto puede explicar la exclusividad de lo en la citada conmutación. Ejemplos:

Pedro es alto, Luisa es alta > lo es.

Los alumnos son altos, Las alumnas son altas > lo son.

Una segunda diferencia que marca al atributo respecto al objeto directo es que las estructuras analíticas atributivas no permiten en ningún caso la transformación a pasiva. Más importante son, desde un punto de vista sintáctico, la coincidencia en la conmutación pronominal y la idéntica función semántica de atributo y objeto directo que esa diferencia apuntada.»

[Hernández Alonso, César: Gramática funcional del español. Madrid: Gredos, ²1986, p. 73-74]