Concordancia en oraciones copulativas

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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Tengo una duda con respecto a los atributos que me gustaría que me pudiera resolver: Una de las reglas que nos dan en el instituto sobre los atributos es que "concuerdan en genero y numero con el sujeto", y desde luego el sujeto se considera siempre concordante con el verbo.  Eso en teoría parece simple, el problema es que de vez en cuando  me encuentro frases como

Lo que necesitamos son libros

donde diría que me parece más acertado que el sujeto sea "Lo que necesitamos" porque libros no va introducido por ningún articulo (aunque esto me lo esté sacando de la manga). Sea como fuere, aquí no hay concordancia o bien entre verbo y sujeto o con el atributo.

Así que mi pregunta es si "lo que necesitamos" está considerado un atributo y la regla aquella de la concordancia hay que desecharla por incorrecta, si es una excepción recogida por los gramáticos que yo no sé donde buscar. O ¿qué es lo que pasa en esta frase?

Las copulativas enfáticas de relativo muestran una serie de peculiaridades sintácticas que se han atribuido a efectos de contagio o efectos de conectividad que ejercen sobre ellas las variantes no perifrásticas correspondientes o por el foco de la construcción desde una posición externa a la relativa:

La alternancia entre las dos opciones En esta casa {fue ~ es} donde murió, ambas correctas, indica que el tiempo del verbo ser en la primera está asimilado al de la oración subordinada (murió) y ha perdido, por tanto, su valor propio.

El verbo ser de las copulativas enfáticas de relativo concuerda con el foco en número y persona:

Soy yo el que llamó;

Fuiste tú la que se equivocó;

Eran ellos los que iban a encargarse.

Esa correspondencia se extiende a veces al verbo de la relativa:

Soy yo el que llamé, en lugar de Soy yo el que llamó.

En los registros formales se prefiere esta última variante, sobre todo si la oración de relativo aparece en posición final.

«La persona y el número del verbo ser. Los pronombres de primera y segunda persona, en función de focos de las copulativas enfáticas, imponen siempre sus rasgos de número y persona al verbo ser: Soy yo el que…; Eres tú quien…; Nosotros somos los que… Los demás focos imponen al verbo ser estos mismos rasgos en posición posverbal. La concordancia de número se extiende al relativo:

Eran estos papeles los que me hacían más falta;

Es más dinero lo que tenemos que pedirle.

Se observan alternancias en la concordancia con los relativos neutros. Las muestra, en efecto, el verbo copulativo cuando aparece seguido por un foco con rasgos de plural, como en

Lo único que compré {es ~ son} estos libros.

En cambio, si el foco aparece al comienzo, aunque se construya en plural, predomina el singular en el verbo:

Discos de jazz es lo que oye ahora;

Estos libros es lo único que compré,

preferible a … son lo único que compré.»

[RAE: Nueva gramática de la lengua española. Manual. Madrid: Espasa Libros, 2010, § 40.5.3d]

«Los rasgos de plural de los sustantivos en función de atributo se imponen en el verbo copulativo a los del sujeto neutro, a pesar de que el neutro no tiene plural. No resultarían naturales, pues, las variantes en singular de los verbos que se subrayan en los textos siguientes:

Todo eran ideas, imaginaciones.

Eso son habladurías.

Lo anterior son preguntas que nos hacemos...

Esta pauta se extiende ocasionalmente a construcciones sin sujetos neutros, pero cercanas a ellos en cuanto que admiten paráfrasis semejantes:

Cualquier cosa que uno le diga siempre son pavadas para él.»

[RAE: Nueva gramática de la lengua española. Madrid: Espasa Libros, 2009, § 33.10f]

Presentan también concordancia del verbo con el atributo las siguientes oraciones copulativas formadas con pronombres o artículos neutros en función de sujeto:

Ella se daba cuenta de que eso eran fantasías.

Todo en torno suyo eran rostros risueños.

Lo mío son bobadas, cuentos para niños.

Los problemas de concordancia del verbo con el atributo se dan sobre todo en las oraciones copulativas identificativas.

Las oraciones copulativas se pueden dividir en dos grupos:

bullet

adscriptivas o de caracterización, cuando se predica una propiedad del sujeto o se le incluye en una clase: María es muy guapa; Los leones son mamíferos,

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identificativas o ecuativas, cuando se establece la identidad de los referentes de dos expresiones lingüísticas: El asesino es el mayordomo.

La oración copulativa ecuativa es la que identifica o iguala las referencias del sujeto y el atributo. El atributo se limita a identificar al sujeto y no a caracterizarlo o clasificarlo. El verbo ser aparece como signo de igualdad (=) de una ecuación (A es B), de ahí el que designe estas oraciones como ecuativas. El sujeto y el atributo designan el mismo referente y tienen el mismo o similar grado de especificidad.

Para que se dé una relación de identificación, es preciso que el atributo esté representado por un nombre propio, un pronombre o un nombre determinado artículo + nombre). El atributo de la ecuativa nunca puede ser un sintagma adjetival (SAdj) ni un sintagma adverbial (SAdv); tiene que ser un sintagma nominal (SN) definido.

Las construcciones ecuativas suelen admitir la inversión de los constituyentes oraciones, pues no se trata de caracterizar al sujeto mediante el atributo, sino de hacer una ecuación A = B, y por tener el mismo referente el sujeto y el atributo, se pueden invertir los términos B = A. La determinación del sujeto y del atributo no suele ser fácil en estas construcciones. La ubicación en primer término de la secuencia y la naturaleza de nombre propio del sujeto son factores que se suelen emplean para asignar la función de sujeto a uno de los componentes.

En las construcciones no ecuativas no es usual la inversión de los constituyentes oracionales.

Juan es el médico del pueblo.

El médico del pueblo es Juan.

Miguel de Cervantes es el autor de El Quijote.

El autor de El Quijote es Miguel de Cervantes.

Contador fue el ganador del último Tour de Francia.

El ganador del último Tour de Francia fue Contador.

[En estos ejemplos se da identificación y no clasificación.]

Diego Velázquez fue pintor de la corte de Felipe IV.

[En este ejemplo, el atributo clasifica al sujeto.]

En las oraciones copulativas identificativas o especificativas se identifican personas o cosas. Si se dice

El problema principal es la falta de agua,

no se aporta una propiedad o una cualidad del referente del grupo nominal el problema principal, sino que se identifica tal problema, en el sentido de que se le otorga una determinada referencia o se señala entre otros. El tipo oracional que ilustra este ejemplo es denominado INVERSO porque presenta en primer lugar el elemento que se aporta como información predicativa, es decir, el que se esperaría que apareciera en el segmento poscopular. Este último segmento (la falta de agua) permite identificar el primero, pero también designa la entidad a la que se atribuye lo denotado por él (es decir, ‘el ser el problema principal’). Entienden algunos autores que el atributo de las oraciones copulativas sería el segmento poscopular, que unas veces aportaría propiedades del sujeto y otras veces le otorgaría una determinada referencia. Para otros autores las copulativas inversas presentan atributos antepuestos y sujetos posverbales. El sujeto de El problema principal es la falta de agua es la falta de agua, de forma que el problema principal constituye un atributo antepuesto. [ver RAE: NGLE, § 37.5j-k]

Se interpretan como copulativas inversas las oraciones en las que el verbo concuerda en número y persona con el segundo miembro:

El problema eran las chinches;

El asesino es él;

El patrón soy yo.

Los pronombres personales no son atributos, de modo que cuando van pospuestos al verbo son el sujeto. 

La alternancia de la concordancia con el elemento preverbal o el posverbal es más habitual, cuando los grupos nominales en función de sujeto no son neutros, como en

El sueldo {eran ~ era} mil pesos.

Se observa otro tipo de discordancia en la variante en singular de los ejemplos alternantes Dos pares de zapatos {es bastante ~ son bastantes} para este viaje. Se ha atribuido la discordancia a la posible interpretación proposicional del sujeto, como si se dijera llevar dos pares de zapatos.

La concordancia de número entre el verbo y el sujeto pospuesto en las copulativas identificativas es la esperable en

Su fuerte son los arreglos con flores de papel.

Sin embargo, además de la variante en plural la más frecuentees posible la concordancia en singular, también correcta, como en

Los ruidos nocturnos {son ~ es} el principal problema que tenemos en el barrio.

Una alternancia similar se produce con sujetos pronominales neutros; junto a

Esas son tonterías de Naranjo (Allende, Eva),

son posibles

Todo eso son juegos inocentes (Nieva, Carroza).

Se dan, sin embargo, casos de alternancia en este tipo de oraciones, como en

Los ruidos nocturnos {son ~ es} el problema que tenemos en el barrio.

Si se entiende que los ruidos nocturnos es el sujeto, solo debería esperarse el plural en el verbo copulativo. Sin embargo, se atestigua igualmente el singular, tanto en las copulativas rectas como en las inversas. La concordancia en singular se considera correcta, aunque es más frecuente en los textos la otra variante.

«Los atributos antepuestos de las copulativas inversas poseen menor CAPACIDAD REFERENCIAL –y, por tanto, mayor CONTENIDO PREDICATIVO– que los sujetos pospuestos, como en el ejemplo

La invitada soy yo.

De hecho, los pronombres personales y los nombres propios ocupan un extremo de esa jerarquía, ya que su capacidad referencial es máxima y su contenido predicativo mínimo. Los grupos nominales indefinidos que aparecen como sujetos en las oraciones de tipo A [copulativas adscriptivas o de caracterización] que introducen definiciones o descripciones poseen menor extensión y mayor comprensión que los grupos indefinidos que pueden caracterizarlas, como en

Un elefante es un proboscidio;

Un rosal es una planta angiosperma (> Lo es).

Si se permutan estos grupos nominales, se obtienen copulativas inversas en la interpretación llamada EJEMPLIFICATIVA, como en

Un proboscidio es un elefante

(es decir, ‘Un ejemplo de proboscidio es un elefante’) o

Una planta angiosperma es un rosal

(es decir, ‘Un ejemplo de planta angiosperma es un rosal’).

Los sujetos pospuestos formados con grupos nominales definidos dan lugar a la misma pauta, como en

El lepidóptero es la mariposa

(es decir, ‘Un ejemplo de lepidóptero...’), en

Un arma antigua es el sacabuche

(es decir, ‘Un ejemplo de arma antigua...’).» [RAE: NGLE, § 37.5s]