Batuecas y Babia

© Justo Fernández López www.hispanoteca.eu

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 ¿Qué significa estar en las Batuecas y estar en Babia?

Como se escriben con mayúscula, es de suponer que son

topónimos o nombres propios de lugar. ¿Existen estos lugares?

Tanto las Batuecas como Babia son topónimos y existen. La razón de estas expresiones la podrá ver aquí más abajo. En español tenemos muchos modismos para expresar la idea de ’estar distraído, estar ensimismado, no estar a lo que se está:

Batuecas (nombre de un valle de la provincia de Salamanca, en España)

estar en las Batuecas

fr. coloq. Estar distraído y como ajeno a aquello de que se trata. [DRAE]

in Gedanken verloren sein

nicht bei der Sache sein

völlig geistesabwesend sein

zerstreut sein

parece que viene de las Batuecas

er hat rohe Sitten

er hat ungeschliffene Sitten

batueco

tölperhaft / Tolpatsch / Flegel

estar en Babia (de Babia, comarca de las montañas de León, en España)

estar ensimismado

estar completamente distraído

no enterarse de lo que está pasando

völlig geistesabwesend sein

nicht bei der Sache sein

ser un babieca

com. coloq. Persona floja y boba [RAE]

ser bobo, simple, abobado, bobalicón, papanatas, pazguato, tontaina, tonto

Dummkopf

schwachsinnig

estar en la higuera

[como estar en Babia, vivir apartado de la realidad circundante]

völlig geistesabwesend sein

nicht bei der Sache sein

nichts mitbekommen

mit den Gedanken abschweifen

caerse de la higuera

fr. coloq. Arg. caer en la cuenta.

plötzlich merken

estar en la inopia (Del lat. inopĭa)

[inopia = indigencia, pobreza, escasez (alemán: Bedürftigkeit, Armut)]

fr. coloq. Ignorar algo que otros conocen, no haberse enterado de ello. [DRAE]

zerstreut sein

estar en la luna

[estar en la luna significa precisamente vivir apartado de la realidad circundante]

völlig geistesabwesend sein

in den Wolken schweben

andar por las nubes / estar en las nubes

geistesabwesend sein

geistig weggetreten sein

weltfremd sein

vivir en las nubes

über den Wolken schweben

in den Wolken schweben

völlig realitätsfern sein

todo está por las nubes

alles ist entsetzlich teuer geworden

heute ist alles unerschwinglich

subirse al guindo

in die Luft gehen [fig]

hochgehen [fig]

parece que te has caído de un guindo

du verstehst ja gar nichts

caerse del guindo

[como caerse del nido]

wieder den Faden finden (nach Geistesabwesenheit)

caerse del nido

[como caerse del guindo]

frs. coloqs. Mostrar ignorancia de algo muy conocido o pecar de inocente y crédulo.

frs. coloqs. Caer en la cuenta o enterarse de algo obvio. [DRAE]

naiv sein

estar fuera de onda

fr. coloq. Estar desfasado, desconectado de las últimas tendencias o de lo que se habla. [DRAE]

nicht mit der Zeit gehen

nicht auf dem neuesten Stand sein

gestört sein

auf der Leitung stehen

Las Batuecas


Localización: Sureste de Salamanca.

Superficie: 32.300 Ha.

Relieve: Bajo la protección de los enérgicos relieves de la Peña de Francia se suceden unos profundos y aislados valles en los que afloran los materiales típicos.

Vegetación:Verdadero Jardín Botánico en el que están representadas todas las especies del mundo mediterraneo.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, estar en Las Batuecas es estar distraído y ajeno a aquello de que se trata: es decir, absorto y embelesado. Son sensaciones que siguen sintiendo los visitantes de este valle secreto, protegido por escarpadas montañas y en el que se localiza un bello bosque de carácter mediterráneo. Un lugar donde han encontrado refugio algunas interesantes especies de la fauna ibérica.

En el siglo XVI fue el lugar elegido por eremitas y monjes y aún hoy el monasterio, situado entre esbeltísimos cipreses al fondo del valle, continúa habitado por Carmelitas descalzos entregados a la vida contemplativa y las muchas ermitas diseminadas por todo el valle, muchas de ellas derruídas, dan fe de esta vida de retiro y espiritualidad que llevaban los frailes.

A principios de los años setenta el valle fue declarado Reserva Nacional de Caza, aunque para entonces ya había desaparecido el lobo, cuyo último ejemplar fue abatido en mil novecientos cincuenta y nueve.

Para visitar el valle nada mejor que bajar el puerto parándose de vez en cuando para observar la majestuosidad del paisaje hasta llegar a la parte de abajo donde nos encontraremos con un letrero que dice "Monasterio". Desde allí sale un pequeño camino junto al río que nos llevará al convento carmelita que podremos visitar para después continuar siguiendo el curso del río hasta donde las fuerzas nos aguanten.

Desde allí abajo podremos contemplar las paredes casi verticales que rodean al valle y posiblemente comprender el significado de la expresión "estar en las Batuecas" como sinónimo de "embobamiento" que es como las personas se quedan al contemplar esta maravilla natural.

[Las Batuecas: El valle más hermoso]

Estar en Babia

 

 

 

 

 

 

 

 

Babia existe y es una apartada comarca de la provincia de León, en España, poco fértil y bastante alejada de las zonas pobladas en cuyo territorio hoy se encuentran importantes pantanos de aprovechamiento hídrico. Durante la Edad Media, abundaba la caza en ese lugar y los reyes de León lo eligieron como punto de reposo, particularmente para alejarse de los problemas de la corte, complicada con las intrigas palaciegas de los nobles, empeñados en instaurar un régimen feudal semejante al de la Europa septentrional. Además, los reyes aprovechaban las bondades del lugar para -como diríamos en nuestros días- "desenchufarse" de la tarea estresante, que no era poca. Estas ausencias del rey motivaban a menudo la inquietud de los súbditos a quienes, cuando preguntaban por él, se les respondía evasivamente que el rey estaba en Babia.

La expresión se hizo coloquial y pasó al lenguaje común para significar toda disposición de ánimo desentendida, de propósito o involuntariamente, ante cualquier tarea apremiante.

Hoy en día, nosotros la utilizamos específicamente para hacer referencia a toda persona distraída o que parece ausente en el momento en que más se necesita de su concentración.

En la zona de Babia también se criaban caballos, famosos por su fuerza. Precisamente, el caballo del Cid Campeador era de la región de Babia y se llamaba "Babieca".

Esta es la explicación "anecdótica" de la expresión "estar en Babia". María Moliner ve en "Babia" un derivado de "babieca", que tiene que ver con "baba", "bob".

«Babia (territorio de las montañas de León). De este nombre se ha hecho derivar la frase “estar en Babia”; pero parece posible que, en ella, “babia” sea un derivado regresivo de “babieca”. “Estar en Babia”. Estar distraído, atontado o ignorante de lo que pasa.»

«Babieca: Palabra de sonido expresivo. Bobo»

[Moliner, María: Diccionario de uso del español. Madrid: Gredos, 1970]

babieca (De baba).

com. coloq. Persona floja y boba. U. t. c. adj. [RAE]

El escritor y periodista mexicano Arturo Ortega Morán, en su página ¡Hasta que me cayó el veinte!, sobre el origen de algunas expresiones coloquiales, no cree en el origen anecdótico de esta expresión y la hace derivar de "baba, baboso, babieca", como María Moliner:

"Lo mismo sucede con voces similares como "baboso" y "babas". En el fondo de todo esto, está la observación de que los tontos (deficientes mentales), en su intento de articular palabras, producían el sonido "ba-ba-ba". No he encontrado fundamento para la historia de los reyes estresados, que daría lugar a la expresión "estar en babia". Me inclino más por la idea de que la locución nació, simplemente,  por la desafortunada similtud fonética de "Babia" con  babieca, baboso y demás voces onomatopéyicas relacionadas con los tontos."

De todos modos, en esta expresión se ha escrito siempre "Babia" con mayúscula.

Estar en Babia

Xerardo Estévez

La Voz de Galicia, 18-04-2004


CAMINO DE Babia, siguiendo a la inversa el Camino de Santiago, está Ponferrada, la pons ferrata, con sus vestigios romanos y templarios. El desarrollo urbano ha sido «no visto y visto», y acusa una considerable deficiencia de voluntad estética. Ponferrada era reconocida en su perfil por la montaña de mena de carbón, hoy ya eliminada y en cuyo solar se va a levantar, quizá como evocación de la antigua topografía artificial, una torre de treinta plantas -casi cien metros- que se promociona en un hipermercado de la ciudad.

Para llegar a Babia hay que remontar el curso del Sil pasando por el valle de Laciana, que en su día debió ser muy bello pero que las explotaciones mineras fueron deteriorando. Cuando la nieve cubre las laderas, la cuenca fluvial recupera hasta cierto punto su paisaje primitivo. En Piedrafita de Babia está la divisoria de aguas del Sil -el que aporta el agua al Miño, que lleva la fama- y los afluentes del Duero, que atraviesan el valle hermosísimo hasta remansar en el pantano de Barrios de Luna, bajo el espectacular puente de Fernández Casado, camino del Atlántico.

Babia, «estado mental independiente», como se lee en la red, todavía es sinónimo de ausencia y desatención. Los monarcas leoneses huían de los agobios de la corte a sus partidas de caza, y cuando el rey estaba en Babia, los súbditos ya sabían que no se podía contar con él. Es, en efecto, un privilegio perderse por estos parajes, pasar del asfalto de la carretera al hormigón entre las construcciones del hábitat humano, a la zahorra de los caminos entre los muros que dividen y cuartean el territorio, adentrarse en los prados y cultivos donde el hombre ha intervenido menos y terminar en la naturaleza sin dueño, sin caminos, solamente con las sendas de paso del ganado trashumante que la nieve va cubriendo.

En la Babia original de Babieca siguen paciendo las manadas de caballos y se pisa el origen de la historia en los estratos de caliza donde se reconocen los vestigios de mares tropicales; nos rodean circos glaciares, morrenas y canchales, cascadas festoneadas de carámbanos, mientras los narcisos amarillos emergen tímidamente del manto blanco y los rebecos miran, desconcertados o despectivos, desde las cumbres.

Estando en Babia, nos recreamos en la belleza de la naturaleza y nos parece necesario dejarla como está, protegerla con esmero pero sin grandes intervenciones, sin tantas pistas forestales para que no corran los todoterrenos ni las motos; reivindicar el no-proyecto y sólo el mantenimiento. No es la primera vez que lo pienso, porque lo mismo vale para el litoral -preservar los tranquilos y serenos encuentros del mar con el hombre y dejar de construir paseos marítimos- que para la montaña, cada día más amenazada por la explotación económica de su aire y sus vientos. La proliferación desmesurada de los parques eólicos está rompiendo el equilibrio silencioso de la naturaleza y el perfil dibujado de las crestas montañosas contra el cielo, que son patrimonio de todos. De regreso a Galicia, paulatinamente, son más las cumbres erizadas de molinos.

estar en las Batuecas en textos y contextos

 

«Cuantas veces me han dicho mis padres... ¿Que te pasa?... "Parece que estas en las Batuecas". Siempre a lo largo de mi vida me ha acompañado esa frase que en multitud de ocasiones me repetía mi gente. Nunca la dí mayor importancia, es mas, pensaba que era una frase hecha. Como la de "a buenas horas mangas verdes", que luego visitando el Alto Aragón, en Jaca, supe de esa frase. Como tantas hay. Las frases que creemos hechas, todas tienen un por qué.»

«Bettini no tiene miedo a perder, y por eso se ha convertido en el número uno del mundo, por eso se ha convertido en uno de los ciclistas más admirados, uno de los profesionales con más clase en circulación. Yo, disculpen mi devoción, me quito el sombrero ante este hombre. Primero porque ha sabido regalarle victorias a Bartoli cuando no era más que un gregario de lujo; segundo porque ha sido, y sigue siendo un trabajador ejemplar, tercero porque ha sabido hacerse grande poco a poco y cuarto y fundamental, porque es un ciclista con agallas, es un “ciclista Mapei”, y eso no es moco de pavo. El sábado se exhibió, no ya por prestaciones, sino por actitud, ante otros de sus compañeros que se llenan la boca con amenazas y luego, a la hora de la verdad, parecen estar en las Batuecas

«Pero ahora, con el calor y la luminosidad del verano, se hace más difícil ponerse sobre los libros y es necesario acudir a alguna academia que marque el ritmo de estudio, aunque sea durante unas horas que compensen aquellas perdidas durante el curso mientras perdían el tiempo presumiendo de su juventud frente a unos compañeros y compañeras que ahora lo son de desventuras. Así, cuando llegan de la academia, ¡hala!, a estudiar. -¡Sergio!, ¿estás estudiando o pensando en las batuecas?-, le dice la madre a su hijo que está apoyado en una mesa con el libro delante. -Sí, mamá; déjame concentrar-; pero la concentración del chico no está en el libro, sino en una película sobre su vida que sólo disfruta mentalmente.»

«El verdadero criminal es el estado ruso que no se aviene a negociaciones con los liberadores de la patria chechena. Si es que no hay derecho, cuidado que el Kremlin ha ocultado cosas pero en El País se han enterado de todo, del número exacto de muertos, del tipo de gas utilizado, del modo y manera en que se produjo el asalto. Menos mal que tenemos los servicios de información y opinión de Polanco sino ayunos estaríamos en Las Batuecas de conocer La Verdad. Así, con mayúsculas.»

estar en Babia en textos y contextos

 

«O estos periodistas han vivido en otro país que yo, o yo he vivido en otro país que ellos; y, o ellos están en Babia, o el que está en Babia —y me parece que no— soy yo...»

«Lo malo de la ortografía es que no es mera anécdota, pues ya se sabe que cuando no se lee ni se escribe bien cuesta entender. Y si no se entiende no se aprende. Y si no se aprende el individuo está en babia. Y si son muchos los que no aprenden entonces es la sociedad la que está en babia. Y si la sociedad está en babia los listillos se convierten en élites gobernantes y podrían aprovecharse. Y si les da por aprovecharse los que están en babia quedan a merced de sus manipulaciones. Y si la autoridad manipula el pluralismo se resiente. Y si el pluralismo se resiente la libertad de opinión se apaga. Y si la libertad de opinión se apaga la democracia es ficticia, porque ya no son los ciudadanos los que mandan, aunque voten, sino las élites listillas que manipulan. Y si se pierde la libertad llegaremos a lo que decía Quevedo, si es que para entonces alguien se acuerda de Quevedo: "Pueblo idiota, seguridad de los tiranos".»

« Por eso es tan peligrosa la falta de ética en la empresa: porque "crea hábito" -  mismo ue la conducta moralmente correcta crea también hábito, "del bueno". Y, también, orque se extiende. Los demás lo ven -¿qué no se ha enterado nadie de tu último oborno? ¿... pero piensas que tus empleados están en Babia? Y ellos también aprenden. nos se marcharán, porque no quieren participar en ese juego. Otros se quedarán squeados. Y otros procurarán sacar tajada: puesto a ser inmorales, dirán, ¿por qué voy ser menos?»

«“Aquí, en este espacio virtual, los soñadores del mundo encuentran su emplazamiento ideal. No pueden llamarse soñadores los que están en babia o en las nubes, no. Soñadores son los que intuyen o presienten la vida profunda del espíritu; y apuestan por ella, pero no se conforman con creer sino que están sedientos de saber.»

«Motivos para estar estresados los tiene todo el mundo, salvo los políticos que cuando sobreviene la mayor catástrofe ecológica de nuestra historia están en Babia o están de cacería o recogiendo chirimoyos. ¿Cómo no se nos van a poner los nervios de punta al comprobar que nos gobierna una punta de ineptos? Punta, que es vocablo que proviene del latín, significa, en su quinta acepción, «cantidad considerable e indeterminada de personas, animales o cosas». Realmente es considerable, pero está perdiendo nuestra consideración. Se han cubierto de chapapote.»

«Desde que en 1986, los socialistas ganaron las elecciones y formaron gobierno, en todos los Presupuestos Generales del Estado -y han sido unos cuanto-, la I+D civil estuvo junto con la militar; las dos revueltas. Siempre y en todos momento fueron de la mano, como San Justito y San Pastor. Ahora, sin embargo, que ya no están en el poder montan en cólera y soliviantan al común desde los medios de información arremetiendo contra el Gobierno del PP porque hacen lo mismo que ellos hicieron. A fin de cuenta, dirán, la gente ya no recuerda que "nosotros hicimos lo mismo". Éste es el segundo y más grave error: pensar que los ciudadanos son olvidadizos por naturaleza, vamos, que están en Babia, y, por esa razón, pueden decirse cosas como las leídas y hacer campañas de desprestigio contra todo el mundo.»

«Si se diera carta de naturaleza a lo que se dice en la mayoría de los sondeos de opinión, en gran parte de los medios y en las multitudinarias manifestaciones, habría que deducir que la mayoría de los españoles están en Babia y no se enteran de lo que está pasando.»